La nueva agenda social del PSOE

En el PSOE le vienen viendo las orejas al lobo desde hace tiempo, y tratan como sea de recuperar su imagen “social”. Tras comprobar que su transformación neo-liberal, abanderando los mayores recortes sociales y laborales de la reciente historia democrática, y su sumisión a los mercados, les está suponiendo un importante coste político, han decidido tomar la iniciativa rearmando su nuevo discurso social.

Tras aquella elocuencia zapateril de “bajar los impuestos es de izquierdas”,  ahora se proponen revestir sus políticas de ajuste duro bajo la forma de la “viabilidad del Estado el Bienestar”, y nos tratan de convencer de que están haciendo lo justo.

El 58% de los Presupuestos Generales del Estado para el 2.011 se irá en pagar gasto social, no porque se haga un impulso en reforzar las ayudas y políticas sociales, sino por la mera aplicación de las leyes vigentes en Pensiones, Seguridad Social y Protección por Desempleo, por lo tanto es un gasto ya comprometido por el Estado, como puede ser el salario de los jueces, militares o policías.

En España la crisis hace aumentar el gasto social, mientras que en otros países más avanzados de Europa, es el gasto social el que evita la extensión de la crisis y el desempleo entre la población, lo que muestra una diferencia clara y cuantitativa del concepto del gasto social.

Mientras en España el gasto social tiende hacia lo coyuntural, incluso para hacer clientelismo político con determinados capas y sectores sociales, en otros sitios, es el gasto social el que permite crear una red con la que facilitar la incorporación plena de la mujer al trabajo, el empleo a tiempo parcial, la formación profesional y laboral, la asistencia a personas con dependencia, incluso el impulso familiar y la natalidad.

Son ya muchos los analistas que señalan que el principal error de este país fueron los regalos fiscales de los años 2007 y 2008; los 400 euros, cheques bebe, eliminación del Impuesto del Patrimonio, rebaja del tipo máximo del IRPF,  etc…, políticas que ahora quiere aplicar el Partido Popular.

Los superávits fiscales de aquellos años deberían haber servido para corregir el diferencial que en gasto social, educación, sanidad, etc… teníamos con la Europa más avanzada, y posiblemente hoy no tendríamos el drama del paro de larga duración, o el número de hogares bajo el nivel de la pobreza que tenemos, es decir una política fiscal justa y eficiente, hubiera servido para hacer justicia social.

Tanto Zapatero como Barreda siguen empeñados en no afrontar una reforma fiscal progresiva, y restan recursos para perseguir la economía sumergida, como denuncia la asociación de sub-inspectores de Hacienda. La economía sumergida y la solidaridad familiar es la que está evitando un estallido social, pero eso no puede durar eternamente.

Esa renuncia a la justicia redistributiva que hace el PSOE, les obliga a transformar en bueno lo malo, en decir que hay que recortar ayudas, planes y políticas sociales activas, porque las cuentas no dan para más.

Estamos ante una extraña solidaridad de los pobres con los ricos, ya que cada euro que no pagan los grandes patrimonios de este país, es un euro que se detrae a los sectores más castigados por la crisis.

Esa es la Nueva Agenda Social del PSOE, un Robín Hood al revés, en el que los castigados por la crisis deben renunciar a sus “privilegios”, para que los pobrecitos grandes patrimonios de este país tengan ventajas para seguir haciendo negocios. Ya lo dijo el cantaor Emilio “el moro”, “pobrecito mi patrón, que se cree que el pobre soy yo”.

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