Clausura de la Semana Cervantina en Cinco Casas

Este juego de habilidad, una versión mejorada de un juego tradicional, ha sido uno de los atractivos de la jornada cervantina con la que se ha puesto punto final a la semana cultural de Cinco Casas, fruto una vez más de la estrecha colaboración de todos los colectivos y asociaciones de la pedanía.

 
Como cada mes de noviembre, Cinco Casas ha celebrado su semana cultural a la que se pone punto final con el mercadillo cervantino, en el que, junto a la plaza se reúnen representantes de todos los colectivos que trabajan en la ciudad. Un ejemplo es la Asociación de Madres y Padres de alumnos, representados por Crisanta Abellán, una colectivo muy activo que ofrecía en su puesto juegos y artículos dedicados a la infancia.

 
Este mercadillo cervantino se celebra desde el año 2004, es decir que ha cumplido su sexta edición dentro de una semana cultural que tiene como objetivo crear un especio común para las asociaciones, que tienen una oportunidad para mostrar los frutos de su trabajo de todo el año.

 
La jornada cervantina pone fin a la semana cultural alrededor de la cocina tradicional. A los platos típicos como las migas se suman platos como los galeanos, el gazpacho manchego que se hace con carne de caza, aunque en este caso le faltaba la perdiz, según Jesús Marquina, cocinero.

 
Este año, la semana cultural de Cinco Casas ha llegado a su edición número 22, aunque el mercadillo cervantino se empezó a organizar hace seis años.. Como en las anteriores ediciones, asistieron como invitados el alcalde alcazareño y la concejala de bienestar social y pedanías, acompañados por el alcalde pedáneo, Julián Villar. Una vez más se valoraba el trabajo de las asociaciones de la pedanía, como la del hogar del pensionista.

 
Aparte de productos gastronómicos y objetos tradicionales, como el equipo de afilador y otras herramientas, una de la atracciones de este mercadillo cervantino ha sido un juego ideado por Miguel Ángel Rosado, vecino, que se basa en un juego tradicional, aunque mejorado.
 
Como en las anteriores ocasiones en el mercadillo se presentan ofertas muy diferentes, que van desde la gastronomía a la solidaridad. En la repostería, la asociación de mujeres cocinaba tortillejas en sartén y buñuelos, también había un puesto de castañas y tiendas con manualidades y artículos decorativos y didácticos. También estaba el puesto de la asociación Kirira, de ayuda a la mujer africana y contra la ablación y, se estrenaba este año una tienda de productos del denominado comercio justo, es decir artesanía procedente de países en vías de desarrollo.

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