El Presidente Barreda ha desplegado en los últimos días todo un catálogo de titulares en torno a la situación política que vivimos y al futuro electoral más cercano. Analizados en su conjunto, resultan mensajes a la desesperada desde una perspectiva de incapacidad para cambiar las circunstancias y su destino por sí mismo. Parece que el Gobierno regional empieza a dar las elecciones por perdidas, habla el Presidente de “catástrofe electoral” a la que se dirigen y pide un cambio de rumbo. Después matiza, hay que diferenciar entre unas elecciones, autonómicas y municipales y otras, generales, pero a él le quema el ascua de las autonómicas.
La actuación de un responsable político e institucional debe valorarse y analizarse desde un prisma más práctico que dialéctico, lo importante, lo fundamental y lo que debe marcar un liderazgo político y social es lo que se hace, no lo que se dice. Y es ahí donde determinados dirigentes del PSOE de Castilla-La Mancha y el propio Barreda incurren en contradicciones incontestables.
Barreda como máximo mandatario y dirigente del PSOE en Castilla-La Mancha debe especificar qué implica un cambio de rumbo político, porque para mutación absoluta la de las políticas del partido socialista.
Qué diferencia a Barreda de Zapatero y donde están sus choques con respecto a las medidas planteadas en los últimos meses. Las grandes reformas de Zapatero no han sido rechazadas, sino secundadas y aplicadas, en su caso, de forma implacable por el Gobierno regional. Entre otras: las ayudas multimillonarias a los bancos. Las medidas de recortes presupuestarios en el sector público; como el presupuesto estatal, el regional prevé recortes y congelaciones en sanidad, servicios sociales, educación, inversión pública, empleo y se olvida de la apuesta por un modelo de desarrollo alternativo al ladrillo y medioambientalmente sostenible. La congelación de las pensiones en Castilla-La Mancha, con el agravante de que en la región la pensión media está 1800 euros anuales por debajo de la media nacional. La reducción de los sueldos a los empleados públicos. Los dirigentes del PSOE de Castilla-La Mancha, incluido Barreda, no se han opuesto a una reforma laboral que recorta derechos a los trabajadores y se ha hecho contra los sindicatos. Han compartido, con el PP, la reforma de la Ley de Cajas y en la región somos pioneros en la privatización de las cajas, ahora tenemos el Banco CCM.
Somos de las CCAA que más se ha endeudado en los últimos años y a pesar de ello, hemos perdonado impuestos a los ricos como el de sucesiones y donaciones y el impuesto de patrimonio. Somos la única región gobernada por el PSOE que no ha modificado su sistema impositivo para que contribuya más a las arcas públicas quien más tiene y así sostener sin recortes los servicios públicos y la inversión. Barreda no quiere ni oír hablar de un impuesto a los bancos. Ninguno de los dos ha corregido el grave déficit democrático que imponen unas leyes electorales injustas y se pliegan con asiduidad a los intereses de los poderosos.
No tengo claro cuál es el rumbo, si es que lo tienen, de determinados dirigentes del PSOE regional que comandan una legislatura negra, tampoco entiendo que Barreda le pida a Zapatero que no este más de ocho años gobernando y él aspire a once, o que le pida cambios de personas en el gobierno para seguir haciendo la misma política de derechas con distintas caras.