Se habla de la libertad para asistir al trabajo el día de la huelga frente a la coacción ejercida por los piquetes informativos sindicales. Pero, se han preguntado el Gobierno o la CEOE si los 4,5 millones de parados quieren cumplir con su derecho de trabajar el 29-S, o cualquier otro día del año, pero no tienen opción porque los “piquetes” empresariales o gubernamentales se lo impiden.
Alegan como pretexto, para la no participación en la huelga, gran número de trabajadores y trabajadoras a que no pueden perder un día de salario “por mis hijos”; pero se han planteado que hoy lo cobran pero probablemente mañana dejen de cobrar el salario y por más tiempo, porque van a ser despedidos de forma casi gratuita para su empresa y sin motivos alguno que las obligue a justificar el hecho del despido.
Se critica a los piquetes informativos sindicales por su intimidación, por su violencia, por la falta de respeto a la libertad. Pero se ha planteado en algún momento la presión ejercida por los piquetes empresariales hacia sus empleados: la amenaza permanente –no sólo el día de huelga- del despido de forma individual o colectiva como un acto violento y represivo.
Se ha cuestionado si el gran número de personas que trabajan sin ser dadas de alta en la seguridad social, en la economía sumergida, de las personas inmigrantes sin contratos o en situaciones irregulares, tienen la posibilidad de decidir entre el derecho de huelga o de trabajo.
Y por último se prevé la capacidad o posibilidad de elegir entre huelga o trabajo a los jóvenes con contratos en practicas o de formación; al personal que al servicio de la administración o en empresas subcontratadas, trabajan durante todo el año en mínimos principalmente servicios asistenciales y sanitarios, si pueden abandonar su trabajo para sumarse al paro.
Por lo que el resumen de este pequeño análisis de la situación laboral en España con un 40% de precariedad laboral, que roza el 50 en el caso de los jóvenes; con el 20% de tasa de desempleo, alcanzando el 40% si se trata de paro juvenil; con unos servicios mínimos marcados por las empresas de entre el 30% y el 90% según los sectores. Tenemos que la huelga del 29 de septiembre contra la reforma laboral ha sido más que un éxito, ya que si la participación se estima, por los sindicatos, en un 70% y a esto le sumamos el 20% de desempleados más las personas coaccionadas por su situación de precariedad laboral, sin contar los servicios mínimos, hemos sobrepasado el 100% de la población activa. Felicidades a las organizaciones convocantes de esta huelga y a la clase trabajadora, es un paso adelante en la recuperación de derechos.