Las primarias las cargan las circunstancias, las disparan los militantes y las desactiva el aparato. Cuando se habla de primarias en el PSOE es inevitable recordar la pequeña historia del mayor dislate político cometido por un partido democrático en los últimos tiempos. Cuando Joaquín Almunia ganó un Congreso amañado y se alzó con la secretaría general convocó primarias en un gesto que lo honró. Como no las tenía todas consigo quería legitimarse de verdad con el voto de los militantes. A la convocatoria acudió José Borrell para espanto de Bono -”vamos al abismo”, dijo-…y las ganó. Pero poco después el Grupo Prisa y el aparato le cortaron las alas al díscolo dirigente que acabó abandonando la pelea en un gesto que no le honró.
Como consecuencia, el PSOE presentó como candidato para ganar las generales al perdedor de las primarias. El resultado, como saben, fue la victoria por mayoría absoluta de José María Aznar y la dimisión de todos sus cargos de Almunia. Ahora, las primarias han vuelto a aparecer en unos momentos críticos para los socialistas -como entonces-, y en Madrid hay dos personas que se disputarán la oportunidad de desbancar a Esperanza Aguirre de la presidencia de la Comunidad . Como Borrell, Tomás Gómez, ha decidido retar al padre y presentarse libremente ante la militancia contra la candidata oficial, Trinidad Jiménez, que no ha tenido empacho en pavonearse del cariño que le tienen las encuestas y… el aparato. Unas primarias son un valor democrático añadido para los candidatos y refuerzan la dinámica interna de una organización, generalmente más proclive a asombrosas unanimidades y al ensordecedor silencio frente… al aparato, muchas veces por temor a perder la cuota de cargo.. Conociendo los antecedentes, Tomás Gómez haría muy bien en no fiarse en caso de vencer a su compañera Jiménez el 3 de octubre. Triturado Borrell por… el aparato desactivador, no sería extraño que después del recuento el alcalde de Parla fuera objeto de un calculado acoso y derribo. Ya ha habido episodios que afean el proceso -los sms,s críticos contra Gómez, la petulancia de Jiménez aludiendo a las encuestas-, pero es de suponer que Tomás Gómez no se achantará si se alza con la victoria. Si es capaz de ganarle a Aguirre ( ya fue masivamente votado como alcalde de Parla mientras Jiménez fue derrotada por Gallardón en la alcaldía de Madrid), o de causarle un serio recorte electoral que la descabalgue del absolutismo, tal y como se está desenvolviendo en campaña, puede que empiece a despuntar una alternativa seria al propio Zapatero y demás delfines adversos o afines. El propio Rodríguez Zapatero tiene en su haber algo que nadie puede discutirle: la secretaría general del PSOE y el origen de su liderazgo tras un Congreso abierto y desaparatado, pese a las maniobras lógicas de todo cónclave definitivo, al que se presentaron nada más y nada menos que cuatro candidatos entre ellos Bono, lo que demostró que en las horas cruciales “los socialistas hilan microscópico de tan fino”, me dijo una fuente socialista en su momento. En cualquier caso ya es encomiable que haya primarias, aunque aparezcan de vez en cuando, y en el PSOE siempre en tiempos críticos. Si la historia hay que recordarla para que no se repita habrá que confiar en que en esta ocasión el aparato deje en paz a Gómez, si le gana a Jiménez, claro, y que si hay presión, Gómez sea capaz de resistir hasta el examen final.