Desde el año 2006, cuando las madres de los alumnos del colegio de Valverde se negaron a que sus hijos recibieran lecciones en un edificio plagado de grietas, llevan los vecinos esperando la más que prometida solución: un nuevo colegio en la pedanía ciudadrealeña.
Cuatro largos años en los que las administraciones implicadas, de distinto signo político -Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y Ayuntamiento de Ciudad Real- no han sabido dar respuesta a una necesidad tan básica para el día a día de cualquier comunidad. La falta de coordinación y la supeditación de los intereses ciudadanos a las disputas políticas han provocado que, un año más, barracones de obra sean la escuela de los niños de Valverde.
La semana pasada, Diego Farto, para La Tribuna, recogía la intención de los vecinos de la pedanía de manifestarse en la Plaza Mayor. Fernando Casas Galán, presidente de la asociación vecinal, negaba que fuera necesario el «informe de impacto ambiental» al que aludía la viceportavoz del Equipo de Gobierno, Rosario Roncero, para justificar que no se hubieran cedido ya los terrenos a la Junta de Comunidades para la construcción del centro escolar: «la Unidad de Ejecución de la que se desgaja este solar ya está aprobada, con lo que sólo sería necesario proceder a la urbanización del suelo». «A la vista de los hechos, pensamos que al Ayuntamiento de Ciudad Real no le interesa la construcción del colegio de Valverde»- decía Casas Galán -«Por eso tenemos que reclamar que nuestros niños estudien en las mismas condiciones que cualquier otro niño de Ciudad Real, pero advertimos que no vamos a consentir se tengan que ir a estudiar a otros colegios».
Ayer lunes se aprobaba el informe impacto ambiental. Según Francisco Cañizares, portavoz municipal, el informe, «favorable a la construcción del centro educativo», ya había sido remitido a la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente, «que tendrá que decidir si con el informe municipal ya se pueden autorizar las obras o si ve necesario elaborar su propia declaración de impacto ambiental (DIA) para aprobar el inicio de los trabajos de construcción».
Lanza publicaba a finales de agosto que a juicio de la Delegada de Educación, Ciencia y Cultura, Valle Fuentes, las aulas prefabricadas eran -después de tres años de uso- «dignas para impartir las clases como una medida temporal». Culpaba asimismo al Ayuntamiento del retraso en el comienzo de las obras: “Hace un año tuvimos la última reunión con el Ayuntamiento de Ciudad Real, en la que también estaban presentes representantes del AMPA y de la asociación vecinal de la pedanía, y el concejal de Urbanismo se comprometió a que en un plazo muy breve de tiempo estaría hecha la cesión para que se pudieran iniciar las obras. Por ese motivo, desde la delegación de Educación encargamos a nuestra propia unidad técnica la redacción del proyecto para agilizar los plazos y no tener que esperar a una adjudicación pública con el tiempo que eso conlleva. Desde entonces, y agradezco a nuestros técnicos la agilidad con la que trabajaron, el proyecto está guardado en un cajón a la espera de tener los terrenos”.
El último capítulo de este culebrón educativo ha tenido como protagonista esta misma mañana a José Valverde, delegado de la Junta de Comunidades, próximo candidato del PSOE a la alcaldía de Ciudad Real y el que fuera, hasta el verano de 2008, dos años después de que surgiera el problema, consejero – y por tanto máximo responsable – de Educación. Valverde, que se reunía con las madres de los alumnos de la pedanía trasladaba «su preocupación ante el retraso por parte del Ayuntamiento de Ciudad Real en la cesión de terrenos para la construcción del futuro colegio en la localidad».
“Nuestro trabajo está hecho y a quién se le debe exigir que cumpla el suyo es al Ayuntamiento”, afirmó Valverde. Según el delegado, las madres le hicieron llegar «su malestar con el Ayuntamiento de Ciudad Real y en concreto con la alcaldesa, Rosa Romero, puesto que llevan tres años esperando que el Consistorio municipal ceda los terrenos y aún no se les ha dado ninguna explicación de por qué no se ha hecho». Asimismo le habrían confirmado que «hace meses que solicitaron una reunión con Romero, a través de la alcaldesa de la pedanía, Esther Carrión, y hasta la fecha no han obtenido respuesta alguna».
Las vecinas han señalado que la construcción del colegio es prioritaria para sus hijos pero también para la existencia del pueblo, ya que consideran que aunque son de Ciudad Real, existe un agravio comparativo con los ciudadanos que viven en la capital. Un trato que dicen no entender afirmando que si pagan los mismos impuestos deberían de tener los mismos derechos.