En octubre se celebrará en la Escuela de Pensamiento Feminista de CLM –espacio impulsado por el recientemente defenestrado Instituto de la Mujer- una jornada sobre los avances y retrocesos desde la IV Conferencia Mundial de la Mujer de Beijing, que instaba a los gobiernos a crear y fortalecer organismos de igualdad y a velar para que la responsabilidad de dichas políticas recayera en las esferas más altas de gobierno.
Esta jornada cobra especial relevancia tras el paso dado atrás por el presidente Barreda con la supresión del Instituto al que ha colgado el cartel de “Cerrado por La Crisis” para volver nuevamente a una Dirección General dependiente de la Consejería de Empleo que ahora, por si no tuviera ya bastante, también lo es de Igualdad y Juventud.
Cuando se afirma que esta medida no cambiará nada se contradice con su trayectoria que, tras una década de gestionar las políticas de igualdad, precisamente desde una Dirección General en el año 2002, haciéndose eco del mandato de la IV Conferencia de Beijing, opta por crear el Instituto de la Mujer y lo adscribe a la Presidencia de la Junta, justificando ese salto cualitativo en la Exposición de Motivos de la Ley que lo crea, por la necesidad de superar factores y rémoras para los que una estructura como la Dirección General se revela insuficiente. Incluso para dotar de mayor eficacia esa medida, en el año 2008 crea las distintas Delegaciones provinciales del Instituto. Esa trayectoria, coherente con un compromiso, ha sido frenada y desde la Plataforma ante la supresión del Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha (http://organismosigualdad.es) está siendo contestada en un Manifiesto que denuncia que dicha medida no supone ahorro y sí un coste en visibilización y transversalidad de las políticas de igualdad aparte de transmitir el peligroso mensaje de que los organismos de igualdad son prescindibles o devaluables.
Así pues dicha jornada encontrará, en casa propia, un ejemplo de lo que supone un retroceso y puede convertirse en una oportunidad más para solicitar al presidente Barreda que reconsidere una decisión todavía no irreversible ya que para suprimir legalmente el Instituto de la Mujer se necesita una Ley que lo derogue y no se convierta en el ejecutivo que, junto al gobierno gallego del PP, dé un paso atrás respecto de un organismo de igualdad porque en esa comparación, políticamente, un gobierno socialista no sale bien parado.
