Últimos días en Riopar

El martes los 27 chicos y cinco monitores que participan en el Campamento Municipal Infantil regresarán a casa. Atrás quedarán siete días y seis noches llenos de actividades, nuevos amigos y medio natural.  
 
Se van terminando los días en Riopar para los 27 niños y 5 monitores que desde el pasado 18 de agosto disfrutan de las alternativas de la naturaleza en el campamento situado en la provincia de Albacete. El martes volverán a casa, atrás quedarán siete días y seis noches cargadas de actividades y nuevos amigos. Precisamente el primer día de acampada ya comenzaban a tejerse esas nuevas amistades. Los culpables fueron los juegos de presentación para “romper el hielo” que desde primera hora de la mañana realizaron los jóvenes dirigidos por Chicho Obregón. El ambiente húmedo y mojado con el que amaneció Riopar el jueves obligó a modificar las actividades programadas. Los “pequeños” cambios de planes traspasaron las actividades previstas para exteriores, al interior del comedor del campamento. Los chicos, como explicaba el director de la actividad, “ participaron encantados, a ellos les da igual que llueva o no, realizan las actividades igual de motivados”.  

El viernes, fue día de “olimpiadas absurdas” para los chicos del Campamento. Sin una sola nube en el horizonte, el tiempo dio tregua a los acampados que pudieron realizar unas “peculiares” olimpiadas en las que realizaron entre otras, competiciones de globos. El objetivo de estos torneos fueron evitar que los compañeros pisaran los globos que los cada participante llevaba atado a sus pies. “Hubo alguno que se pisó sus propios globos y por lo tanto fue descalficado enseguida”, explicaba Chico Obregón. La actividad estrella del fin de semana fue la visita a los Chorros de Riomundo. Los chicos partieron después de desayunar para comer allí de picnic y realizar “una pequeña ruta”.  El domingo los jóvenes abandonaron sus cabañas para dormir al aire libre  .  

Con un par de días por delante antes de concluir el campamento, la actividad continúa. Y es que en Riopar, aseguraba Obregón “han reinado las risas”. Las risas, pero también las “gamberradas” ya que los monitores han tenido que luchar estos días contra las visitas de las dos de la madrugada que realizaban los chicos algunas noches para ver que ocurría en otras cabañas. 

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