Leo en otro diario digital que la corporación municipal, con la alcaldesa al frente, va a misa con motivo de las ferias y fiestas de Ciudad Real.
Mi comentario: Además de sonar a “rancio”, el hecho de que la corporación municipal asista a una función religiosa me recuerda un “nacionalcatolicismo” que no termina de desaparecer… Si una corporación representa a todos los ciudadanos al margen de sus creencias religiosas y/o políticas… ¿no debería mantenerse al margen de estas manifestaciones públicas? La respuesta es sí, pero no lo hace.
Si quieren ir a misa que lo hagan, como si quieren ponerse un garbanzo debajo de la rodilla mientras rezan… pero a título personal, y no en representación del pueblo.