Los poderes públicos están en la obligación de remover todos aquellos obstáculos que impidan el normal desarrollo de los territorios y de quienes viven en ellos. En ese sentido, mejorar las comunicaciones internas de Castilla La Mancha, ayuda a la vertebración del territorio, a mejorar los intercambios económicos, sociales y culturales, y a extender el desarrollo y el bienestar.
También debemos recordar, que la necesidad de buscar la sostenibilidad en este desarrollo es ya una obligación, un requisito imprescindible, pues si es sostenible en lo ambiental y en lo económico, será duradero y ayudará a asentar el progreso. Por estos motivos, la necesidad de mejorar las comunicaciones entre Toledo y Ciudad Real debe buscar ese doble objetivo, que sea sostenible y que sea ajustado en sus costes.
La falta de estos criterios en la planificación de infraestructuras en el transporte y las comunicaciones, está en el origen de este problema, y por tanto, no se pueden buscar soluciones reales si previamente no se hace un análisis de lo hecho hasta ahora.
El proyecto de la AP-41 nace estando Álvarez Cascos como ministro, y es una autopista de peaje de Madrid a Córdoba, en un trazado casi paralelo al AVE Madrid-Sevilla. Ya esto es un disparate, y es que estas vías de peaje solo contribuyen a aislar aún más a los pueblos afectados, y como ejemplo podemos ver lo ocurrido por otra autopista cercana, la Ocaña-San Clemente, que está provocando la movilización de ciudadanos y empresarios contra las barreras del peaje, por el impacto negativo en sus industrias y negocios.
De hecho, y como los problemas ambientales en la zona de los Yebenes y los Montes de Toledo provocaron una declaración ambiental negativa, esta autopista de peaje tal como se proyectó, es económicamente y ambientalmente imposible, inviable e insostenible. Las empresas adjudicatarias han presentado una demanda en el Tribunal Supremo pidiendo al Estado una compensación de 420 millones de euros por que no se están cumpliendo las condiciones económicas previstas en la adjudicación, y es quizá por ahí por donde venga el renacimiento de esta autopista, nunca autovía, sobretodo ahora que Pepiño Blanco quiere convertir las autovías en autopistas de peaje.
Otro tanto teníamos que decir del disparate del AVE de Madrid a Toledo, una vía muerta que en nada contribuye a mejorar las comunicaciones intraregionales o intraprovinciales, que además ahora RENFE considera deficitaria, reclamando una ayuda a la Junta o tendrá que recortar servicios, con el impacto negativo que puede provocar en el turismo y la economía regional.
Izquierda Unida apuesta por buscar una solución integral e integradora para mejorar las comunicaciones entre ambas capitales, y esto supone ampliar el abanico de opciones.
Aprovechar al máximo las vías de alta capacidad ya en funcionamiento; CM-42, A-4, y A-43, y una inversión en infraestructuras ferroviarias que saque a Toledo del aislamiento, con nuevas vías que configuren una red regional ferroviaria que contribuya a mejorar la vertebración de toda Castilla La Mancha, y una mejora de la red regional de carreteras sobretodo en el ámbito rural, son a juicio de IU, las medidas a desarrollar, y no seguir alimentando proyectos inviables o nuevos pelotazos urbanísticos.
No cabe duda que la apertura al servicio de las estaciones de Malagón y Mora de Toledo, junto a una vía de alta capacidad entre Daimiel y Puerto Lapice, mejorarían de una manera inmediata estas comunicaciones, y a un coste económico y ambiental mucho menor, y esa es la apuesta que desde Izquierda Unida de Ciudad Real presentamos, convencidos de que es la mas cercana al interés general de los ciudadanos, y desde luego mas consecuente con el momento económico que vivimos.