En los últimos días han aparecido varios ejemplares de aves muertas. Técnicos regionales trabajan para detectar las causas. Según la alcaldesa en funciones, Cristina Fernández de Simón, los primeros análisis “sí han descartado un foco de gripe de aviar”. Sobre la aparición de la toxina por la Estación Depuradora de Aguas Residuales, Fernández de Simón descartaba tal relación.
El Ayuntamiento de Daimiel sigue de cerca el análisis de ejemplares de aves muertas que en los últimos días han aparecido en la laguna de Navaseca. Técnicos de Agricultura y Medio Ambiente de Castilla La Mancha trabajan en la zona a fin de conocer y determinar las causas de un suceso que podría deberse a un brote botulismo. Por el momento, los expertos no afirman con rotundidad tal extremo aunque en los primeros resultados “sí ha quedado descartado un foco de gripe aviar”, según confirmaba en Radio Daimiel, la alcaldesa en funciones, Cristina Fernández de Simón. Hasta la fecha, y a la espera de las conclusiones definitivas que podían dilatarse un par de semanas, el Consistorio ha procedido a la apertura de una zanja con cal para enterrar los animales, con objeto de evitar la propagación de la enfermedad entre más aves.
Entre las afectadas, alrededor de una treintena, hay ejemplares de pato colorado (Netta rufina), pato cuchara (Anas clypaeta), tarro blanco (Tadorna tadorna) y ánade friso (Anas strepera), entre otras especies. Sobre la posible relación causa-efecto de la cercanía de la Estación Depuradora de Aguas Residuales y la aparación del botulismo en Navaseca, Fernández de Simón recalcaba que no se puede establecer ya que estos episodios han aparecido en diferentes complejos lagunares de la Mancha Húmeda, caso de la lagunas de Álcazar de San Juan.
La aparición de la bacteria «Clostridium botulinum» es más probable durante los meses estivales, momento en el que se dan las condiciones de temperatura o del estado del agua que permiten su desarrollo, puesto que puede permanecer en estado vegetativo y latente durante varios años en el interior de los vasos lagunares.
Las aves afectadas por esta toxina suelen presentar síntomas tales como la parálisis con incapacidad para volar, sumergirse, caminar y mantener el cuello erguido, sobreviniendo la muerte por ahogamiento, si están en el agua, o por paro respiratorio.