El pasado 1 de julio de 2010, sobre las 22,15 horas, según ha denunciado el colectivo ‘Otra Argamasilla es posible’, «un joven de origen mauritano salía en bicicleta de Tomelloso por un camino de tierra en dirección a Argamasilla de Alba cuando, de repente, fue alcanzado por detrás por un vehículo todoterreno, cayendo al suelo como consecuencia del impacto. Sin mediar palabra, uno de los ocupantes del vehículo se bajó y la emprendió a golpes con él, haciendo para ello uso de una barra de hierro de grandes dimensiones. Afortunadamente, el joven pudo huir campo a través, siendo perseguido por sus atacantes hasta refugiarse en una casa de pastores, donde fue auxiliado por sus ocupantes, lo que hizo desistir a los agresores y huir del lugar de los hechos. Avisada la Guardia Civil, el agredido fue trasladado en ambulancia al Hospital General de Tomelloso, donde fue curado de las múltiples contusiones y traumatismos que presenta en todo el cuerpo».
El joven es usuario del Centro de Acogida Humanitaria de Inmigrantes de la Asociación Otra Argamasilla Posible, cuyo “comportamiento ha sido siempre ejemplar”, según ha declarado el presidente de la Asociación, José Trujillo. La Junta Directiva de la Asociación, en reunión urgente celebrada el pasado sábado, ha denunciado los hechos por tratarse “de un atentado de carácter racista y xenófobo, fruto de la acción de unos energúmenos que no soportan la convivencia entre personas de diferentes razas y etnias”. “Desde la Asociación lamentamos profundamente que convivan entre nosotros individuos de esta calaña que no acepten a otras personas solo por el hecho de tener un color de piel diferente”, apunta Trujillo. No obstante, “sabemos que estos personajes son minoritarios y que la gran mayoría de nuestros convecinos son personas con un profundo sentimiento de convivencia, paz y tolerancia”, ha dicho José Trujillo.
La Junta Directiva de esta Asociación ha solicitado a la Subdelegación del Gobierno una investigación profunda para esclarecer los hechos y emprender las acciones legales contra los atacantes, quienes “deberán responder ante la justicia de sus actos”, a la vez que hacemos “un llamamiento a la tolerancia y a la convivencia, como principios básicos para una coexistencia pacífica dentro de una sociedad civilizada y avanzada como es la nuestra”.