El PP se ríe de los simples mortales

Dentro del panorama nacional de la política en general y la corrupción en particular hay declaraciones que no sólo indignan porque representan un insulto a nuestra inteligencia, sino que van más allá y nos llenan de perplejidad con su carga surrealista.

El PP ha elegido  la estrategia de ridiculizar a la justicia desde que apareciera el caso Gurtel como una forma desesperada de ocultar lo que es ya el mayor caso de corrupción de la democracia española. Pero lo más llamativo es que esta estrategia la han consolidado también como una manera de atacar a sus adversarios políticos y , de paso, a cualquier tipo de institución que intente sacar a la luz sus casos de corrupción. Porque el PP, a diferencia de otros partidos políticos, ha optado por amparar y proteger a sus corruptos, ayudándoles a difundir una imagen de “víctimas de complot” con la que nos quieren tomar el pelo a todos los ciudadanos

La alumna más aventajada en estas técnicas es, sin duda alguna, la señora Dolores de Cospedal, por méritos propios. La Secretaria General de Partido Popular ha dicho recientemente que el caso Gurtel (50.000 folios  y más de cien imputados del partido popular ) es un invento de Zapatero, y se queda tan  tranquila. Estas mismas palabras, pronunciadas por un político en cualquier país por encima de los Pirineos lo mandarían a su casa y no podría dedicarse a la actividad política por el resto de sus días.

En la misma línea, el Presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, se siguen riendo de las decisiones judiciales que están estrechando el cerco para sentarles en el banquillo de acusados – esperemos que cuando el juez los siente en el banquillo este verano no se rían de sus señorías-. Camps se ha referido a todas las causas que se imputan contra él y altos cargos de la Generalitat como un “montaje”.

Pero sigamos leyendo declaraciones anteriores donde los cargos del PP ridiculizan a la justicia: Rita Barberá, declaró hace unos meses, sin ningún rubor, que todos los regalos son iguales, para después comparar una caja de anchoas que regala el presidente de Cantabria en todas sus visitas oficiales con los regalos de la mafia Gurtel. Lo que en ese momento parecía una broma se ha convertido, para asombro de todos, en uno de los principales argumentos de los políticos y medios conservadores  para seguir su campaña de desprestigio de la justicia. Otro grave insulto a nuestra inteligencia, al comparar un detalle protocolario afectuoso con los regalos- recompensa con los que una organización mafiosa agradece los favores que políticos corruptos le han otorgado. Recordemos que el Presidente Camps  ha otorgado a las empresas del “Bigotes” contratos a dedo (85 en total) por un montante de alrededor de 7,2 billones de euros. Por cierto, es muy significativo que esta organización, cuya plana mayor asistió a la boda de la hija de Aznar , sólo se acercara al Partido Popular; quizás ya intuían que en las filas de ese partido se podía encontrar más gente sobornable.

Otro claro  ejemplo de que el PP se ríe de la justicia y de ” los simples mortales”, parafraseando al juez que juzgó a Jaume Matas en el caso Arena, es la impresentable actitud  de Carlos Fabra, Presidente de la Diputación de Castellón por el PP, que además de estar imputado en nueve delitos fiscales, por impago de impuestos, tiene en su haber cuatro  premios de la lotería nacional, que ascienden a 266.000€, ganados los cuatro en un periodo de cuatro años, más un premio gordo de la lotería del niño hace dos años ( 2 millones de euros). El surrealismo de este caso llega cuando los cargos del PP,  en vez de denunciar esta forma burda de blanquear dinero negro, se lo toman con humor, como el Conseller de Industria, Comercio e Innovación, el señor Rambla, que preguntado por la “suerte” de Fabra sonrió y dijo: “si le ha tocado tanto la lotería, enhorabuena”. Afortunadamente  todavía muchas personas no hemos desarrollado ese sentido del humor del que hacen gala los conservadores de este país. La corrupción es un asunto serio. Me pregunto dónde hubiesen puesto el grito algunos medios y el PP si Fabra estuviese afiliado a otro partido. Es el doble rasero ético del PP. Cuando la justicia persigue a otros es religión de fe, pero cuando les persigue a ellos la justicia es un circo del que se burlan. Los mismos que exigieron que un día se juzgara a un político de izquierdas por decir que la justicia es un cachondeo, la ridiculizan todos los días como forma de manipulación, y por extensión se ríen de todos los ciudadanos honestos.

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