Pocas cosas le faltaban por hacer al Aeropuerto para pedir el apoyo de la sociedad y las instituciones de cara al aval de los 140 millones solicitado al Gobierno regional. Después de lo que pasó ayer, los límites sólo parecen encontrarse en la imaginación de sus promotores. Ayer, los responsables de la infraestructura se escudaban una vez más tras sus trabajadores, a quienes han pedido la firma del manifiesto en el que apelan al “consenso político, social y económico de toda la región para que la Junta avale a la compañía con 140 millones para la reestructuración de la deuda a largo plazo y poder así competir con el resto de infraestructuras aeroportuarias del país”.
En la puesta en escena frente a la prensa no faltó la tradicional nota, pero en esta ocasión se ha añadido un peculiar complemento: los archivos de audio de dos empleados quienes, con la voz tibia, parecen leer unas líneas en las que muestran su apoyo al Aeropuerto y la necesidad de éste de recibir ayudas económicas para salir adelante. Los trabajadores que podemos escuchar a continuación, según el Aeropuerto, son Mayte Ruiz –supervisora de pasajeros- y José Miguel Anguita –capataz de rampa-:
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El director de Recursos Humanos, Francisco Domínguez, dijo que la plantilla “comprende la situación de la empresa y la necesidad de encontrar el apoyo de todos para alcanzar un acuerdo que permita dar estabilidad financiera, económica y laboral a una infraestructura que ya ha generado muchos puestos de trabajo”. “Los trabajadores están preocupados por su puesto de trabajo, y como es natural, también por el futuro de la empresa, en momentos, tan difíciles como esto, y estas es la mejor solución”, aclaraba.
El Aeropuerto ha recurrido, una vez más, a sus trabajadores como principal reclamo de ayudas económicas, algo que viene siendo habitual incluso desde antes de abrir sus puertas: el 27 de octubre de 2008, el presidente del Aeropuerto, Juan Antonio León Triviño, mostraba su amenazante enfado ante la denegación de las licencias de vuelo: “Tendremos que ver qué hacemos ahora con los 300 empleados”. Estos empleados consiguieron cierta estabilidad durante unas semanas, pero en realidad fueron los primeros en sufrir las consecuencias del deficiente funcionamiento del proyecto. En marzo de 2009, MICIUDADREAL.ES adelantaba la primera oleada de despidos que se acercaban.
Pero no fue la única vez que se prescindió de trabajadores, ya que en agosto también adelantábamos que la marcha de Air Nostrum iba a provocar nuevos despidos. Desde entonces no ha vuelto a haber despidos en masa, pero éstos se han ido ejecutando en un goteo constante hasta llegar a la dramática situación actual, en la que el Aeropuerto vuelve a arrimarse a sus empleados, muchos de cuales han visto reducido su horario (y sueldo) a media jornada, para evitar la debacle.