El 12 de mayo, Día Internacional de la Enfermería, se ha institucionalizado a nivel mundial como una fecha emblemática, en reconocimiento al papel que desde hace siglos vienen cumpliendo las enfermeras –con eficacia, profesionalidad y entrega– en situaciones a veces dramáticas, como conflictos bélicos o naturales o sobresaliendo, la mayoría de las veces, con esfuerzos personales, ante la carencia de recursos materiales en países subdesarrollados. O abriendo nuevos caminos con el desarrollo tecnológico, los avances sanitarios o los cambios demográficos que se vienen produciendo a gran escala en países avanzados, donde el envejecimiento de la población abre nuevas vías para una profesión como Enfermería.
Quizás sea la alta cualificación enfermera y su compromiso con el sistema sanitario lo que está rompiendo barreras hasta ahora impensables y que son sólo el preludio de los grandes cambios que se producirán en las próximas décadas. Ya no resulta extraño que en Gran Bretaña los candidatos se hayan pronunciado durante la reciente campaña electoral a favor de la profesión enfermera, apostando por aumentar sus competencias en campos hasta ahora vetados, como la gestión de los recursos hospitalarios o el hecho de asumir un papel de mayor relevancia en otras áreas de la salud.
Algunos colectivos de profesionales sanitarios se mostrarán contrarios al protagonismo enfermero en ciertos campos de la gestión. No pasará mucho tiempo, sin embargo, sin que se aprueben medidas de ese calado en nuestro país, ya que los nuevos planes académicos de enseñanzas superiores –con el grado enfermero en primera línea, abriendo puertas con el máster o el doctorado– permitirán eliminar viejos complejos e identidades profesionales, ampliando además el papel gestor de la profesión enfermera en todos los ámbitos de la red hospitalaria y atención primaria.
En la actualidad se vive uno de esos momentos que algunos consideran históricos, pero en él se aglutina todo el esfuerzo de generaciones de enfermeras y enfermeros que supieron impulsar el desarrollo profesional de su colectivo. El grado, las especialidades, la carrera profesional, la investigación, la prescripción enfermera y su marco competencial subrayan, por sí solos, el avance de la profesión en las últimas décadas. Desde los setenta del siglo pasado hasta el presente son considerables los peldaños que se han subido no sólo en el campo profesional y docente, sino también en el reconocimiento social, como continuamente nos lo vienen recordando las encuestas que se realizan desde el propio sistema sanitario o del Centro de Investigación Sociológica (CIS).
Ahora, en el Día Internacional de la Enfermería, el Sindicato de Enfermería sigue manteniendo encendida la llama y el liderazgo de la profesión, el espíritu innovador e inquieto que desde siempre le caracteriza, abriendo surcos en el pleno desarrollo competencial y profesional dentro de un Sistema Nacional de Salud ejemplo para otras instituciones públicas.