La Juventud Obrera Cristiana (J.O.C.), la Hermandad Obrera de Acción Católica (H.O.A.C.), Cáritas, Religiosos en Barrios, Parroquias Obreras y demás grupos que formamos la Delegación Diocesana de Pastoral Obrera de Ciudad Real, en esta celebración del Dïa Internacional del Mundo Obrero y del trabajo, nos sentimos cercanos a los gozos y a las esperanzas de las mujeres y de los hombres del Mundo Obrero y de sus familias, especialmente en estos tiempos de crisis económica y sobre todo a los que sufren el paro y de aquellos que soportan unas condiciones de trabajo que imposibilitan una vida digna.
Seguimos dentro de la crisis del capitalismo, y no sólo es una crisis financiera debida a la voracidad de un puñado de banqueros. Esta crisis no se solucionará con algunos pequeños retoques en los órganos de control del sistema, como quieren hacernos creer. Que en esta ocasión va acompañada de otras (energética, alimentaria, de derechos humanos, moral y ética), además de una crisis ecológica. Durante los años de crecimiento económico, los bancos y las grandes empresas se han llenado los bolsillos a base del endeudamiento de las capas populares y de especular con un bien básico como la vivienda. Ahora que la burbuja ha estallado, los toca a los ciudadanos pagar la factura.
Resulta indignante que mientras que no ha habido fondos para solucionar problemas vitales de la humanidad como el hambre, si los haya ahora para rescatar al sistema financiero de sus excesos. En 1998 se calculó que con 40.000 millones de dólares se podría erradicar el hambre en el mundo. Ahora, sólo el gobierno de Estados Unidos, ha puesto sobre la mesa 700.000 millones de dólares para salvar a la banca norteamericana, lo mismo podríamos decir de los países Europeos.
En España los datos no pueden ser más elocuentes: estamos a la cabeza de Europa en cifras de paro, precariedad laboral y accidentes laborales. Después de la explosión de la construcción y la especulación inmobiliaria de la que tanto saben algunos Ayuntamientos, hemos pasado de 4 millones de parados. No esta mejor la situación en nuestra provincia con 53.000 parados.
Queremos manifestar a la opinión pública que la organización del trabajo en el Siglo XXI y su modelo de flexibilidad considera que la vida humana se compone de un solo tiempo, el productivo, y los demás tiempos (personal, familiar, social, espiritual) no existen o deben de ser sacrificados en pro del tiempo de trabajo. Debemos de superar el Capitalismo y construir una alternativa al sistema, (no puede ser que los que nos han metido en esta crisis ahora nos quieran dar la solución), basada en la planificación democrática de la economía, destinada a satisfacer las necesidades de la sociedad en su conjunto de forma respetuosa con el medio ambiente. Prohibiendo los Expedientes de Regulación de Empleo a las empresas con beneficios o que han recibido fondos públicos. Prohibiendo los desahucios por impago de las hipotecas salvando el derecho a la vivienda reconocido en la Constitución. Mejorando los servicios públicos, el empleo público y las empresas públicas, repartiendo el empleo y otorgando prestaciones sociales para las familias con todos sus miembros en paro. ”La crisis nos obliga a revisar nuestro camino, a darnos nuevas reglas y a encontrar nuevas formas de compromiso, a apoyarnos en las experiencias positivas y a rechazar las negativas. De este modo, la crisis se convierte en ocasión de discernir y proyectar de un modo nuevo. Conviene afrontar las dificultades del presente en esta clave, de manera confiada más que resignada” (CIV 21, Benedicto XVI)
Como cristianos nos sentimos comprometidos y enviados a trabajar, junto con otros, en la construcción de una realidad laboral, económica y social solidaria y humanizadora. Sabemos que la tarea es dura, pero nos alienta el mensaje del Evangelio, y la esperanza de que el tiempo dé la razón a los que ya nada esperan, a las víctimas del sistema.