Tan acostumbrada está la clase política a gestionar de espaldas a los ciudadanos que si llega el caso hablan de propuestas sin explicar a los periodistas de qué se trata. Ejemplo, el manido y cansino peregrinaje del Estatuto de Autonomía. Barreda dijo ayer que los socialistas tienen una propuesta definitiva que no quiso desvelar. ¿Para qué? Al fin y al cabo las cosas importantes se cuecen sin demasiada gente en la cocina porque estorba.
Con que lo sepan ellos, nuestros representantes, es suficiente. Pues bien, se habla de propuesta, no se dice a la prensa en qué consiste y se espera a la reacción de la otra parte en el juego estatutario. A la opinión pública no le interesa lo que trapicheen y es mejor darle el plato cocinado. Democracia, se llama esto.