Estimado señor presidente de Castilla-La Mancha, D. José María Barreda:
Me dirijo a usted (en formato de carta abierta, que mola más y le hace pensar a uno que será leída) por un asunto que ha despertado verdaderamente mi curiosidad en los últimos días. Este asunto es su inauguración de las nuevas instalaciones de Popular Televisión en Guadalajara y en Azuqueca. Y es que durante esta visita, usted pronunció unas palabras que -creo- merece la pena destacar.
Aludió usted a «la necesidad de los medios de comunicación que relatan lo que acontece en el entorno más inmediato», algo indudable. También leí que «siempre es una buena noticia la inauguración de medios de comunicación porque conllevan pluralidad informativa y puestos de trabajo. Del mismo modo, calificó de legítimo, lógico y conveniente que cualquier colectivo que quiera comunicarse tenga la oportunidad de hacerlo».
Me va a permitir que me ría, señor presidente. Y es que al menos en esta ocasión el encargado de redactar la nota de prensa ha sido honesta y -no sé si por honestidad o por salvarle a usted el culo- ha preferido no entrecomillar sus palabras. Y es que podría darle muchos ejemplos de cómo, a diario, la institución que usted preside pisotea los derechos de los medios de comunicación:
– Cada vez que la Junta compra publicidad institucional a un precio muy por encima del mercado real, para así asegurarse de que su institución será tratada de forma inmejorable.
– Cada vez que alguien de su gabinete levanta el teléfono y hace la típica llamada a un medio de comunicación para darles un ‘toque’ por alguna información publicada que no haya gustado en presidencia.
– Cada vez que alguien de su equipo amenaza directamente y sin tapujos a un medio con retirarle la publicidad institucional si sigue publicando información que no sea de su agrado.
– Cada vez que usted ejecuta sus amenazas y retira la publicidad a un medio que no le baila el agua. Es curioso que haya hablado de libertades en Guadalajara, donde precisamente hay un ejemplo muy claro de medio torpedeado por la Junta.
– Cada vez que su equipo decide no conceder licencias a medios que no besan el suelo que usted pisa. Me remito al ejemplo anterior.
– Cada vez que su gabinete ‘recomienda’ a un medio de comunicación que ciertos colectivos -ya sean políticos o sociales- no salgan nunca en sus informaciones.
– Cada vez que, ante la publicación de unas informaciones que a usted le perjudican, su gabinete ‘recomienda’ a los medios que no se le pregunte por esas informaciones en público para no verse en un aprieto y para «no dar publicidad» a ese medio y hacer como si no existiera.
– Cada vez que usted da ruedas de prensa avisadas cinco minutos antes y las da de pie para poder salir escopeteado sin opción a que los periodistas le pregunten nada.
Éstos son sólo algunos ejemplos, pero hay muchos más. Usted siempre se ha definido como un amante de la libertad de expresión. Pero, a la vista de estos ejemplos, comprenderá, entonces, que considere que Castilla-La Mancha no sea un ejemplo de pluralidad informativa, precisamente, sino más bien de todo lo contrario. También comprenderá que mi visión sobre usted sea radicalmente diferente a la que usted mismo promociona. No sólo no creo que sea un defensor de la libertad de prensa, sino que, de hecho, estoy radicalmente convencido de que la libertad de prensa es el mayor de sus enemigos.
De modo que no seré yo el que le impida colgar notas de prensa que falten a la verdad de una forma tan vergonzosa. Pero luego no se queje sin nos intentamos defender.