La gerente de Virtus, Pilar López, presentó su dimisión por «falta de respaldo» del patronato
Los dirigentes socialistas están convencidos de que enterrarán las sospechas de corrupción que rodean a la Fundación Virtus con más dinero público y, sobre todo, con juegos de palabras y eufemismos. Sobre todo si comparamos esas palabras con los hechos que está dando a conocer durante estas semanas Miciudadreal.es en su artículo por entregas “Fundación Virtus, caso abierto”.
Ayer , la vicepresidenta y consejera de Economía y Hacienda, María Luisa Araujo, afirmó que Virtus necesita un «saneamiento financiero» así como «redefinir su actividad». A preguntas de los periodistas en Talavera de la Reina (Toledo), la vicepresidenta dijo que la fundación deberá «redefinir su actividad necesitando un saneamiento financiero, para lo que se ha pedido colaboración de los socios, uno de ellos la Junta y es intención hacerlo».
Anunció que el Gobierno de Castilla-La Mancha dejará de forma parte de la misma, «para dejar el liderazgo en exclusiva por el Ayuntamiento de Puertollano». Araújo prevé que se colaborará al ser patronos, pero que luego será el Ayuntamiento el que lidere el proyecto.
De hecho, el propio alcalde Puertollano, Joaquín Hermoso Murillo anunció horas antes que el Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha aprobará, probablemente este martes, la aportación de fondos extraordinarios «para empezar a liquidar las deudas» de la Fundación Virtus, aunque el primer edil no pudo asegurar si los trabajadores podrían empezar a cobrar ese mismo día.
El alcalde considera a este lamentable episodio como un “asunto prácticamente cerrado” ya que “Puertollano tiene otras muchas preocupaciones más importantes”.
Según Hermoso, lo ocurrido en Virtus «es que se ingresaba cinco y se gastaba quince» y, de ello, ha puntualizado, «sólo era responsable la gerente que, desde 2003 a 2008, estuvo al frente de la Fundación, sin que el patronato tuviera capacidad de decisión «porque se reunía sólo una o dos veces al año y porque el presidente de dicha fundación, que era el alcalde, no firmaba ni un solo acta de sueldos, de gastos o de contrataciones».
Falta de apoyo a la gerente
Otra pista sobre la caótica situación a la que ha llegado la Fundación Virtus, y sobre la que el Gobierno municipal quiere pasar de puntillas, es la dimisión de la gerente de la Fundación, Pilar López Rivera. López comunicó el jueves en un escrito a los patronos la renuncia a su puesto con efectos inmediatos. El abandono de López se produce apenas nueve meses después de su nombramiento, y a las pocas horas de que los responsables municipales hicieran públicos sus nuevos planes para Virtus.
Según han dado a conocer ya algunos medios de comunicación, Pilar López explica en su carta de renuncia que su decisión se basa en “la existencia de distintos factores, completamente ajenos a mi voluntad, que hacen imposible la implantación, desarrollo y ejecución del Proyecto de Gestión de Fundación Virtus que, durante el correspondiente proceso de selección, elaboré y presenté al Patronado”.
Según la ex gerente, el modelo de gestión de la fundación es “incompatible con el pretendido implantar por mi parte”. Además, se ha quejado de “falta de respaldo a mis iniciativas”, lamentando que “el apoyo dispensado por su parte no haya tenido justa correspondencia con el esfuerzo personal y profesional por mí demostrado durante tan difíciles meses al frente de la fundación”.