A río revuelto, ganancia de pescadores, dice un refrán que últimamente se aplican mucho los políticos españoles. No hay como un buen follón para aprovechar el revuelo e intentar, al menos, sacar algo de tajada personal.
Pero en el PP ya no son los únicos. Y es que, ante una situación de insufrible crisis en un país que está siendo el hazmerreír de medio mundo, Zapatero va perdiendo cada vez más galones (si es que le queda alguno) y cada vez tiene a menos gente de su partido a su lado. Los habrá, evidentemente, que difieran de las ideas y planteamientos de Zapatero aunque sean del PSOE, y ejercerán una oposición franca y sincera. Pero también habrá quienes vean en Zapatero al nuevo cadáver político de España y quieran alejarse de él cuanto antes.
De los (muchos) opositores que tiene Zapatero dentro de su propio partido, ¿quiénes estarán en un grupo y quiénes en el otro?
La supuesta estrategia de Barreda nos recuerda a la que ya llevase a cabo su antecesor como presidente de C-LM, José Bono, quien ha ido consiguiendo notoriedad a base de enfrentarse a la cúpula de su partido una vez tras otra. Es probable que Barreda esté pensando en comenzar un cisma contra Zapatero, por un doble motivo:
- La quema en el PSOE nacional. Zapatero empieza a oler, y Barreda no quiere ser partícipe del tufo. El presidente español no sólo parece noqueado, sino que además está siendo objeto de burla de medio mundo debido a sus camaleónicas posturas. En este sentido, cualquier político inteligente podría intentar desligarse de Zapatero para salvarse de la quema y coger un buen sitio en el futuro panorama del partido una vez que el presidente del Gobierno quede fuera de combate.
- Cospedal en el cogote. Las elecciones en Castilla-La Mancha están cerca. Muy cerca. Cada vez más cerca. Y aunque Cospedal no es que levante pasiones en C-LM, lo cierto es que el crédito de Barreda desciende en picado. Lo normal es que el PSOE ganase de nuevo las elecciones en la región, pero el margen sería muy inferior al de otras veces, lo que dejaría a Barreda en una cuerda un tanto floja. Si a esto le unimos la dantesca situación de entidades como el Aeropuerto de Ciudad Real o Caja Castilla-La Mancha, es posible que Barreda esté empezando a pensar que su futuro estaría mejor fuera de Castilla-La Mancha y que más vale irse cuando aún se está en situación victoriosa.
Y cuando Barreda trama algo…