En la inauguración de las jornadas de evaluación de Jóvenes Cooperantes 2009, Valverde dijo que catástrofes como la de Haití “desgraciadamente, vienen a justificar la necesidad de nuestros programas de cooperación”. El Gobierno de Castilla-La Mancha, explicó, destina a Cooperación para el Desarrollo más de 45,7 millones de euros, de los que unos 4,5 millones de euros se destinarán a Ayudas Humanitarias y de Emergencia.
El programa Jóvenes Cooperantes nació de esa intención de promover la implicación de los jóvenes castellano-manchegos en la superación de las desigualdades entre sociedades, continuó el consejero, para que puedan conocer los motivos que las producen y las realidades existentes en el terreno, aprendiendo a trabajar en los ámbitos de la cooperación al desarrollo e implicándose en la labor de sensibilización.
Y la labor de los jóvenes, “que es la nuestra, debe ser fruto de una cooperación entre la fuerza de vuestra juventud y el apoyo de un Gobierno Regional comprometido con la juventud y con programas como el que en estos días vais a evaluar”.
Recordó que nuestra Región es la primera Comunidad Autónoma, en el ámbito nacional en programas de cooperación para jóvenes y resaltó que desde el inicio del programa, han sido ya 1.500 los jóvenes que se han implicado en numerosos proyectos, desarrollados por las organizaciones no gubernamentales de cooperación al desarrollo castellano-manchegas en África subsahariana, Magreb, Asia y América Latina, a través de las modalidades que ofrece el programa.
El consejero, que estuvo acompañado en su intervención por el director del Instituto de la Juventud, Javier Gallego y el director técnico de la Fundación Castellano-Manchega de Cooperación, Roberto Soto, además del delegado de la Junta en Toledo, Fernando Mora y el coordinador provincial de Juventud, Javier Ramírez, instó a los jóvenes presentes a, entre todos, mantener el esfuerzo y que, tras la experiencia vivida, se alimente de nuevas voluntades.
En este sentido, les instó a ser “como una correa de transmisión entre la sociedad de nuestra región, pero con especial énfasis entre la juventud, y es que el 70% de la población joven de Castilla-La Mancha nunca ha formado parte de alguna asociación, grupo u ONGD”.
Por eso, deseó que programas como Jóvenes Cooperantes, aunque no puedan cambiar los estragos de un terremoto como el de Haití, contribuyan a dar pasos para que el irrenunciable cambio social permita el desarrollo de los países empobrecidos y, de este modo, su forma de enfrentarse a las crisis humanitarias esté en consonancia con lo que merecen como todos los seres humanos.