Josefa Merino, Hermana Mayor de la Cofradía de San Blas, se mostraba muy satisfecha y agradecida por la respuesta de los manzanareños y de otras poblaciones cercanas, que han participado activamente y con devoción en todos y cada uno de los actos organizados para festejar al santo patrón de la garganta y de otras enfermedades.
La novedad en 2010, ha sido la adquisición de un carroza, que sustituirá a las andas. Merino dijo que en muchas ocasiones, la Hermandad no contaba con personas para portar al Santo, por lo que se decidió adquirirla en los Talleres Ovidio de la Torre. De ella destaca el cerco bañado en plata, del que cuelgan las faldas de terciopelo en color rojo, bordadas en oro. Las 14.000 rosquillas que se han vendido servirán para sufragar gastos. Antes de la procesión, la carroza fue bendecida por el párroco de la Asunción, Luis Gallego.
Año tras año, la devoción y la fe a San Blas son latentes. Manzanareños y muchas personas de la vecina localidad de Membrilla, no faltan a esta cita. La mayoría de ellos señaló que desde hace años compran rosquillas del Santo y una de ellas la guardan durante todo el año para que les proteja de los males de garganta.
Otra tradición es que el último día del Novenario y el día de la Fiesta al terminar la Función y la Procesión, se de a besar la Reliquia. Florencio Serna, uno de los hermanos más antiguos de la cofradía, es uno de los encargados de “darla a besar”. Dijo que con el solo hecho de portarla en sus manos, se llena de emoción, ya que han sido más de ocho las generaciones de su familia las que han formado parte de la cofradía. Añadió que la reliquia del santo cuenta con más de trescientos años de historia.
La celebración de San Blas llegó a su fin con la procesión de la venerada imagen del santo por las calles del recorrido habitual, seguida por un gran número de devotos encabezados por hermanos de la Cofradía, el alcalde Miguel Ángel Pozas y miembros de la corporación municipal y autoridades eclesiásticas locales. El acompañamiento musical corrió a cargo de la Banda de Cornetas y Tambores “Santísimo Cristo Resucitado”.
Según la tradición, Blas de Sebaste era conocido por su don de curación milagrosa, que aplicaba tanto a personas como a animales. Salvó la vida de un niño que se ahogaba al trabársele en la garganta una espina de pescado. Éste, sería el origen de la costumbre de bendecir las gargantas el día de su fiesta el 3 de febrero y que se mantiene inamovible desde hace siglos.