La encargada de la tienda, Valeria Marcón, señaló que el precio del metal precioso por excelencia se ha disparado con la crisis, que a su vez propicia que cada vez más gente busque convertir sus joyas en dinero al contado.
Un cristal blindado se interpone siempre entre el cliente y la persona que atiende este negocio. Valeria Marcón está provista de una báscula, junto a comprobantes de oro y plata. Para fijar los quilates de sortijas, pendientes, pulseras o demás alhajas, se necesitan dos productos: un canto llamado piedra de toque y distintos ácidos. También, en este establecimiento se compra plata y, al igual que con el oro, es comprobada con unos líquidos para conocer su pureza. “Como ejemplo de lo que se pagaría, por tres anillos de 8 gramos de oro, de 18 quilates, el precio rondaría los ochenta euros”.
En su corto periodo de historia, la encargada de la tienda “Compro Oro”, Valeria Marcón, puede contar muchas historias, algunas de ellas muy emotivas. Recuerda como una madre vendió sus joyas para pagar el cumpleaños de su niña. También hay historias más alegres, señala, de gente que se quiere deshacer de una joya porque no le gusta y con ella quiere tomarse “unas buenas cañas”.
Otra anécdota que recuerda es cuando un cliente quiso vender una moneda de oro de Carlos III. En esta ocasión no contó nada, “solo quería saber su valor”, dice.
La encargada de la Tienda “Compro Oro” de Manzanares asegura que no existe un perfil determinado para las personas que venden sus joyas. A muchos de ellos les cuesta desprenderse de sus pertenencias, y más aún, si son regalos de gran valor sentimental. Añade que en muchas ocasiones se convierte en “psicóloga”, llorando y riendo con los clientes”.
La tienda de “Compro Oro” de Manzanares está ubicada en el céntrico Paseo de la Estación y abre sus puertas de lunes a viernes, de 10 a 14 y de 17 a 20 horas, de lunes a viernes. Los sábados su horario es de 10 a 14 horas.