Valverde, que intervino en el acto inaugural de las fiestas patronales en honor de la Virgen de la Paz, comentó que Villarta resume “la historia, el arte y la riqueza patrimonial de Ciudad Real y de Castilla-La Mancha” y aseguró sentirse muy honrado por participar en una celebración como las Paces, que aúna el hondo sentimiento religioso y el espectáculo del fuego y los cohetes.
Según el consejero, las fiestas forman parte del acervo cultural de un pueblo y para mantenerlo vivo no hay nada mejor que seguir avanzando todos juntos. En este sentido, afirmó que “una sociedad crece y progresa cuando en este progreso participan y se integran todos los colectivos”.
En el caso de Villarta de San Juan, José Valverde apuntó que el objetivo del Gobierno regional es que “la dinámica actual de la comarca no se detenga” y que “la sociedad tenga más medios y oportunidades de bienestar seguridad y sostenibilidad”.
Para ello, añadió, se están realizando importantes inversiones en materia de Educación y de Sanidad que incluyen la sustitución del actual centro de salud, obra pendiente de iniciarse y que tiene un coste inicial de 3,3 millones de euros.
El consejero de Presidencia manifestó que este tipo de actuaciones revelan el compromiso del presidente Barreda con los ayuntamientos y colectivos de nuestra comunidad autónoma y señaló que la localidad ya ha puesto a disposición de la Administración regional para construir el futuro Centro Joven.
De Interés Turístico Regional
La fiesta de las Paces es una tradición religiosa y popular que se remonta al siglo XIV y que tiene al fuego y la pólvora como elementos más característicos. Fueron declaradas Fiestas de Interés Turístico Regional el 28 de marzo de 1994 y son muy recomendables por el gran ambiente que hay esos días en que suele venir mucha gente de los pueblos cercanos y villarteros residentes fuera del pueblo.
Las Paces se inauguran la víspera de la fiesta con el Pregón. Esa misma noche, en la plaza, se lleva a cabo la quema de una monumental hoguera, formada por más de mil metros cúbicos de leña que es aportada por los mozos de las peñas, y que se encargan de recoger la noche anterior. Cuando las llamas se han consumido y sólo quedan las brasas, que suele ser ya hacia las cinco o las seis de la mañana, los vecinos aprovechan para asar patatas y chorizos.
El día grande es el 24. Los actos religiosos comienzan con la misa, tras la cual comienza la procesión de la Virgen en la que la veintena de peñas coheteras lanzan decenas de miles de cohetes. El momento más espectacular es el de la quema de dos mil docenas de cohetes de manera simultanea en la Plaza de la Paz en lo que se ha dado en llamar Operación Dos Mil, tradición que se viene repitiéndose desde hace ya treinta y dos años.
