Además de las malas condiciones del terreno, la utilización del vibrador manual es más aconsejable para evitar que se caiga el olivar, ya que “la fuerza del mecánico puede tirarlo”.
Respecto a la calidad de la aceituna que queda en el olivar, el dirigente agrario ha señalado que la pulpa “está muy blanda”, lo que, sin duda alguna, repercutirá negativamente en la calidad del aceite, ya que los aromas afrutados de la variedad de aceituna típica de Castilla-La Mancha, la cornicabra, que es la que ha aguantado mejor el temporal, han desaparecido.
Para el responsable de la Sectorial del Aceite de la citada organización agraria, la pérdida de calidad del fruto también afectará al precio del aceite que podría llegar a bajar varios céntimos de euro por kilo, puesto que “no es lo mismo un aceite virgen extra que un aceite lampante (de calidad inferior)”, que es el que se elaborará con algo más del 60 por ciento de la aceituna que aún queda por recoger.
En este sentido, ha subrayado que este problema se habría podido resolver si en la pasada campaña se hubieran acogido más almazaras y cooperativas al almacenamiento privado para poder envasarlo ahora , regular el mercado y equilibrar los precios.
La caída del precio del aceite en las últimas campañas, el abono del canon a la Interprofesional del Aceite de Oliva, a las denominaciones de origen , las amortizaciones de la maquinaria, el gasoil, los salarios y la reposición de las olivas que se han helado, obligarán al oleicultor a “echar la llave”, ha sentenciado Fernández de Sevilla.