El frío y la lluvia dieron una tregua y el buen tiempo acompañó en todos los actos del fin de semana, lo que también fue un aliciente para la participación ciudadana. Pertrechados con mesas, sillas, neveras y todo lo necesario para pasar una noche agradable, las ascuas de la gran hoguera sirvieron para que no faltase con qué asar a la parrilla los kilos de carne que los vecinos prepararon para cenar. Aunque, más de uno no pudo esperar a que las brasas estuvieran a punto y aplacó el hambre con un aperitivo todo menos que frugal.
Con tanto para comer, también hubo que aplacar la sed y para ello las neveras se llenaron de refrescos, cervezas, vino de la tierra y, como no, calimocho, que triunfó entre los jóvenes, así como el típico zurra.
Para quienes no vinieron tan preparados de casa, se dispuso una barra, instalada junto a la ermita y coordinada por los componentes de la Banda de Cornetas y Tambores “Santísimo Cristo Resucitado”. En ella, además de saciar la sed con refrescos, cerveza y limoná, también pudieron degustarse los productos típicos de estas celebraciones, como chorizos, morcillas, montados de lomo y pinchos morunos, que no tardaron en agotarse, debido a la alta demanda.
En un puesto ambulante, situado frente a la barra, se ofrecían castañas asadas y paloduz, un recuerdo de otras épocas para las papilas gustativas. Tampoco faltaron los famosos “cochinillos del santo”, de venta en el domicilio del Hermano Mayor de la Cofradía de San Antonio Abad.
El domingo, 17 de enero, festividad de San Antón, tras la solemne misa en su honor tuvo lugar la tradicional bendición de animales que, posteriormente dieron las tres vueltas de rigor a la ermita, acompañados por sus dueños. A pesar de que la mayoría de las mascotas eran perros de diferentes razas y tamaños, también recibieron la bendición del santo caballos, todo tipo de pájaros, tortugas, hamsters, conejillos de indias e incluso un enorme gato de nueve kilos de peso.
A las cinco de la tarde se celebró la procesión de la venerada imagen del patrón de los animales, siguiendo el itinerario de costumbre. Así, transitó por las calles Jesús del Perdón, Lope de Vega, Toledo, Reyes Católicos, Mayorazgo y Avenida Cristóbal Colón, para regresar de nuevo a la plaza de San Antón.
En todo su recorrido, la imagen estuvo acompañada por la Banda de Cornetas y Tambores “Santísimo Cristo Resucitado”, así como muchos animales domésticos. Además de la autoridad religiosa, también siguieron la carroza del santo representantes de las fuerzas políticas, encabezados por el alcalde del Ayuntamiento de Manzanares, Miguel Ángel Pozas. Cerraban el séquito de la procesión varios jinetes y un coche tirado por dos hermosos caballos negros.