El Ayuntamiento de Daimiel ha realizado una barrera a la altura de Puente Viejo, cuyo paso se ha cortado, dividiendo en dos el caudal. El Azuer sigue así su cauce que, aunque rebosante, transcurre con normalidad. Mientras, el segundo cajón de agua se reconduce hacia el río Guadiana a partir del punto conocido como La Máquina. Las previsiones apuntan a una nueva crecida en las próximas horas propiciada por el lleno del pantano de Vallehermoso y el río Alhambra. Existe un margen de actuación ante nuevas crecidas, asegura el alcalde José Díaz del Campo, aunque “la tendencia del cauce –corrobora- podría ser al alza” ya que se está desembalsando desde el Pantano de Vallehermoso para mantener los niveles de seguridad.
El aliviadero creado a la altura de Puente Viejo se está empleando como “desahogo”, apunta el concejal de Agricultura, Ramón Ruiz de la Hermosa. Las aguas derivadas actúan como un río paralelo que van a parar al Guadiana. Una “alternativa” para el improvisado estanque existente en la zona de entrada a Daimiel, en los accesos desde Manzanares.
La situación no da margen para grandes previsiones al respecto en las próximas horas, dice Ruiz de la Hermosa, ya que depende de muchos factores que apenas permiten cálculos. “La meteorología, la cantidad de agua procedente de las nieves o los deshielos, no se pueden cuantificar, y, en este caso, las estimaciones oscilan constantemente”.
Hasta el jueves, el reguero del Azuer vierte en el punto de La Máquina al río Guadiana, antes de su desembocadura natural y corre aguas arriba dirección hacia el Molino de Zuacorta, indica el titular de Agricultura. Está restringido el acceso a la pasarela azul del río Azuer en el Paseo del Carmen debido al desbordamiento en sus márgenes. En todos los Molinos Harineros (La Máquina, El Nuevo, Griñón…) se recomienda cautela a los turistas así como que sólo accedan por lugares seguros. Según apunta el concejal, “ahora mismo la zona es una esponja y no sabemos el alcance subterráneo y cómo puede seguir”.
Guadiana
El Guadiana lleva un importante caudal y si en la última crecida saltara a El Nuevo y los primeros ojos de La Peñuela podría llegar a Griñón, informa el alcalde. De hecho, a la una de la tarde, el agua se encontraba a 80 metros de Molino de Griñón. En su opinión, añade, “es sorprendente ver la cantidad de agua existente y cómo desaparece al subsuelo”.
Las reservas de agua están adquiriendo unos niveles “satisfactorios”, subraya Díaz del Campo, quien, por otra parte, recuerda que es el principio a un nuevo ciclo hídrico. Explica igualmente que La Mancha se caracteriza por este tipo de ciclos. Por eso, “en años de bonanza hay que aprender de nuestros mayores y hay que saber ahorrarla, guardarla y utilizarla porque luego la travesía es larga”, concluyó.
