A este respecto, Eva Carrasco considera que “son las regiones quienes deben participar activamente en la elaboración de la futura política de cohesión para lograr desarrollar una política moderna, que fomente el desarrollo económico, social y territorial, y que en definitiva, tenga en cuenta sus necesidades y los retos futuros a los que se enfrentan”.
Asimismo, la directora general de Asuntos Europeos ha destacado que “Castilla-La Mancha es un claro ejemplo del éxito de la política de cohesión europea, lo que ha permitido mejorar las infraestructuras de la región, mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, y la creación de un marco de desarrollo sostenible que ofrece más y mejores posibilidades para el futuro de todos los castellano-manchegos”.
El debate, organizado por el Comité de las Regiones, contó con la presencia de miembros de la Comisión Europea, de la Comisión de Desarrollo Regional del Parlamento Europeo, de diversas regiones de la Unión Europea así como de distintas instituciones interesadas. Este debate se enmarca en la elaboración del informe sobre “Política de Cohesión Territorial y Futuro de la Política de Cohesión”, que el Comité de las Regiones está realizando con objeto de plasmar la opinión de las regiones europeas.
La opinión se dirige tanto a las actuales regiones de transición como a las que en el futuro saldrán del objetivo “convergencia” (regiones con un PIB per cápita menor que el 75% de la media comunitaria), como será el caso de Castilla-La Mancha. El llamado “efecto estadístico de la ampliación” provocará que determinadas regiones sobrepasen este 75% mientras que la crisis financiera sacará a otras tantas del objetivo “competitividad”. Ante tal situación, es necesario ofrecer soluciones que faciliten la salida paulatina del objetivo “convergencia” a través de un “período transitorio”.
La directora general ha recordado que la política de cohesión europea, conocida también como política regional, está destinada fundamentalmente a reducir las diferencias entre los niveles de desarrollo de las diversas regiones europeas y el retraso de las menos favorecidas. En el actual periodo de programación 2007-2013, su dotación es de 348.000 millones de euros (el 35% del presupuesto comunitario, la segunda partida presupuestaria más importante).
Asimismo, la política de cohesión se desarrolla a través de los Fondos Estructurales – el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y el Fondo Social Europeo (FSE) – y del Fondo de Cohesión, instrumentos de solidaridad financiera que tienen una importante función de redistribución y un impacto significativo en la competitividad de las regiones, contribuyendo a la mejora de las condiciones de vida de sus ciudadanos.