“La noche ha sido bastante angustiosa para todos los vecinos de Villamayor de Calatrava”. Con estas palabras resumía la alcaldesa de este municipio ciudadrealeño, Emilia Pilar Gijón Mosqueda, la situación vivida la pasada noche cuando una riada procedente de las sierras que circunvalan el casco histórico anegó varias calles y viviendas, situación que puede ir a peor a tenor de las previsiones meteorológicas para las próximas horas. En este sentido, Gijón Mosqueda hace especial hincapié en la impotencia vivida por todos los vecinos al ver que no se podía hacer nada por desviar las mencionadas corrientes de agua.
La regidora churriaga explica que las últimas lluvias que han azotado al municipio, unidas al deshielo de la nevada caída este fin de semana, han hecho que en la tarde-noche de ayer una alud de agua procedente de tres sierras inundara varias viviendas e hiciera impracticable el tránsito por las calles Moral y Mesones, así como en varias fincas situadas a la entrada de la localidad por la carretera de Ciudad Real. Un espectáculo dantesco en el que ni los bomberos del Servicio de Emergencia pudieron hacer nada.
Así las cosas, en estos momentos se buscan soluciones urgentes para paliar la situación y evitar futuras inundaciones. En palabras de Gijón Mosqueda, “estamos buscando soluciones urgentes porque la previsión meteorológica no es buena y por ello tenemos que desviar los cauces de agua que llegan hasta la localidad”. Asimismo, la alcaldesa de Villamayor de Calatrava explica que en estos momentos “estamos levantando caminos para encauzar el agua y que no se nos aneguen las zonas de viviendas”.
En este sentido, la zona del Parque Municipal y el Campo de Fútbol, lugares por los que transita el arroyo Quintería, está totalmente anegada porque el arroyo lleva cinco veces más agua de la que es capaz de soportar y transita totalmente desbordado.
Por último, Emilia Pilar Gijón Mosqueda confía en que la situación se solucione cuanto antes y agradece a vecinos y trabajadores municipales la labor que han llevado a cabo en las últimas horas, sin apenas descansar, para evitar futuras inundaciones.