El 95,5 por ciento del regadío de Castilla-La Mancha es eficiente en el ahorro de agua

Castilla-La Mancha aglutina 481.120 hectáreas de regadío de las 3.374.63 que hay en España, según se recoge en el informe “Regadíos en España 2008”, publicado recientemente por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM).
En base a estos datos, la mayor superficie regable de  la región es la que ocupa el riego localizado ( sistemas  avanzados de ahorro de agua) con el 55 por ciento, mientras que el riego por gravedad (inundación) sólo representa el 4,5 por ciento, la  menor  de España.

El principal cultivo de regadío en Castilla-La Mancha es el viñedo con una superficie total de 212.462 hectáreas, seguido del cereal, con 123.401 hectáreas y del  olivar que afecta a 44.143 hectáreas.

En el informe se destaca el esfuerzo que se ha realizado en la región en los últimos años  para ampliar las áreas de regadíos, de forma que entre 2002 y 2008 se ha pasado de 403.672 hectáreas a 481.120 hectáreas, un 19,2 por ciento  más, pese a que en 2008, según las estadísticas del Ministerio,  hayamos perdido 7.800 hectáreas respecto a 2007.

Sin embargo, la superficie regada en nuestra comunidad autónoma no supera el 13 por ciento de la superficie agraria útil (SAU), por debajo de la media nacional que se sitúa en  el 19,5 por ciento y muy por debajo de otras regiones como Valencia y Murcia en las que se riega el 48 y el 30 por ciento, respectivamente, de su SAU.

En el documento también se refleja  el esfuerzo que ha hecho Castilla-La Mancha por modernizar su regadío mediante la implantación de sistemas que ahorran agua.

Este esfuerzo contrasta  con la situación del Levante español, en donde las comunidades autónomas de Valencia y Murcia  “airean escandalosamente”  sus déficits hídricos para reclamar de forma permanente e insaciable más  recursos ajenos (mantenimiento del Trasvase Tajo-Segura y propuestas de nuevos trasvases desde el Tajo Medio o del Ebro).

Sin embargo, se permiten el lujo de seguir regando por inundación (por gravedad) el 22 por ciento de la superficie de riego en el caso de Murcia o hasta un 44 por ciento, en el caso de la valenciana.

 Por el contrario, ninguna de estas dos regiones ha hecho el esfuerzo necesario para  reducir los regadíos que consumen más agua, ya que entre el 2002 y el 2008 han mantenido prácticamente constantes sus superficies regadas por gravedad.

Si los gobiernos de ambas comunidades autónomas hicieran un esfuerzo político y presupuestario, y dieran suficientes ayudas a los agricultores para reducir su riego por gravedad en  un porcentaje similar al de Castilla-La Mancha, se podría ahorrar en torno a los  200 Hm3 anuales.

Esta cantidad, por ejemplo, cuatriplicaría  las peticiones que el pasado mes de  septiembre hizo  el Sindicato Central de Regantes a la Comisión de Explotación del Trasvase Tajo-Seguro para afrontar los riegos del último trimestre del año y con la que prácticamente se podrían cubrir las necesidades actuales de abastecimiento humano de toda la Cuenca del Segura.

 

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