En la actualidad existen diversos foros que mantienen el deseo de introducir reformas en el sistema sanitario. Algunos de ellos como el que desde hace algún tiempo se concentra en la Comisión de Sanidad del Senado, donde se está elaborando con buen sentido, a partir de la comparecencia de los diferentes interlocutores y actores de la vida sanitaria, una radiografía sobre nuestro sistema sanitario, los recursos humanos (se debe cuidar a los profesionales sanitarios), las posibles reformas que se pueden poner en marcha a corto plazo y los caminos emprendidos en otros estados de la Unión Europea. Este aspecto es importante, pues cada vez en mayor medida la interrelación entre países comunitarios nos hace llevar una política común también en un campo tan sensible como la Sanidad. Los países de la Unión Europea mantienen un modelo público con respecto a otros del mundo occidental. Sólo hay que seguir el proyecto de reforma sanitaria planteado por Obama en EE.UU. para darnos cuenta de lo que tenemos en Europa.
Los responsables del Ministerio de Sanidad, sin embargo, son demasiado hedonistas y confían en que el tiempo solucione por sí solo los problemas del sistema sanitario español. Ésa no es la solución, Sra. Ministra. En los últimos años se han producido grandes cambios sociales y demográficos –la pirámide de población se ha disparado– que inciden de una forma directa en el funcionamiento de la Sanidad, en la renovación y modernización de sus infraestructuras sanitarias –se necesitan más y mejores hospitales y centros de atención primaria– y su adaptación a las últimas tecnologías. Éstas son costosas y necesarias, siempre que queramos mantener la calidad de los servicios sanitarios.
Hoy más que nunca, Sra. Ministra, hace falta un Pacto de Estado en Sanidad. Se tienen que cerrar los debates introduciendo reformas en el sistema y asumiendo la transformación de la profesión enfermera en todos los niveles de la actividad sanitaria, además de modernizar y homogeneizar el modelo de recursos humanos en todos los ámbitos de las administraciones sanitarias, incorporando no sólo la jubilación parcial sino también otras medidas que incrementen el compromiso de sus profesionales. Ése es el camino, el mismo que ha emprendido con cierta sensibilidad y compromiso el Ministerio de Educación: un Pacto de Estado. Al menos hay que poner el mismo interés en solucionar los problemas del sistema sanitario que los provocados por la gripe A. Menos imagen y más eficacia, Sra. Ministra. ¡Un Pacto de Estado por la Sanidad, ya!.