Hablamos de la crisis de nuestra agricultura y de nuestra ganadería, que viene cercenando año tras año la renta de los agricultores y ganaderos hasta reducir la rentabilidad de sus explotaciones a la nada. Hablamos de la crisis poblacional debido al éxodo hacia las ciudades provocado por las escasas oportunidades que ofrece el medio rural a los jóvenes, sobre todo a las mujeres jóvenes, para encontrar un futuro alentador en sus pueblos, lo que está incrementando el envejecimiento y la masculinización del medio rural.
Y en Castilla-La Mancha hablamos, además, de la crisis del sector vitivinícola, del que viven 80.000 familias en nuestra región y que tras la pésima negociación de la última OCM del Vino ha quedado gravemente herido poniéndose en peligro la supervivencia de muchos de nuestros pueblos, sobre todo en la comarca de La Mancha. Por eso, desde AFAMMER, suscribimos recientemente la “Declaración para la Supervivencia del Campo Manchego”, firmada por dieciséis alcaldes de esta comarca con el fin de mantener la viabilidad y la rentabilidad del sector vitivinícola, fundamental para el mantenimiento y el desarrollo de nuestros pueblos.
Ante este panorama que, en principio, parece bastante desolador, AFAMMER y las mujeres del medio rural a las que representa no pierden la esperanza. Por eso, frente a la crisis económica, las mujeres del medio rural se convierten, aún más si cabe, en las verdaderas administradoras de la economía familiar porque nadie mejor que ellas saben lo que es hacer encaje de bolillos con el cada vez más escaso dinero que entra en sus casas para hacer frente a los gastos cotidianos de la vida normal. Y también incrementan su colaboración en las labores de las explotaciones familiares ante la imposibilidad de contratar mano de obra, en ese trabajo que siempre ha sido invisible y que con la crisis se hace más necesario. Y las mujeres rurales siguen siendo emprendedoras, siguen poniendo en marcha pequeñas empresas, siguen intentando romper los esquemas tradicionales en los que su esfuerzo laboral es menos valorado que el del hombre, siguen intentando abrirse paso en el mercado laboral y siguen luchando por asegurar un futuro mejor para ellas y para sus familias.
Pero no es fácil, porque también la crisis está acentuando los problemas que tienen las mujeres rurales a la hora de acceder al mercado laboral porque si bien es verdad que el desempleo en los últimos meses está afectando en mayor medida a los hombres que a las mujeres también es cierto que son las mujeres las que sufren un mayor índice de precariedad y temporalidad laboral. Es más, de los más de dos millones de personas que están subempleadas más de la mitad son mujeres.
Ante este hecho, desde AFAMMER seguimos apostando por la formación como la herramienta más útil para potenciar y mejorar el acceso de las mujeres al mercado laboral así como el uso de las nuevas tecnologías para fomentar el teletrabajo, una práctica que se extiende cada vez más en estos tiempos de crisis como lo demuestra el hecho de que 64.725 mujeres, muchas de ellas residentes en el medio rural, hayan optado por el trabajo virtual en el primer semestre de 2009.
Pero no es suficiente. Las mujeres jóvenes se forman, quieren permanecer en sus pueblos, quieren desarrollarse personal y laboralmente en el sitio que las vio nacer pero no pueden porque faltan recursos.
Por ello, en este día, en el Día Internacional de la Mujer Rural es necesario también volver a reivindicar un mayor esfuerzo por parte de las Administraciones para dotar a nuestros pueblos de las infraestructuras y servicios necesarios que faciliten el establecimiento de empresas y que permitan la fijación de la población puesto que mientras que los pueblos no tengan las mismas oportunidades que las ciudades en este sentido (centros educativos, sanitarios, asistenciales, etc…) las mujeres jóvenes seguirán emigrando a las ciudades.
Las mujeres rurales se enfrentan a muchos y grandes retos a la hora de alcanzar la igualdad real de oportunidades y, aunque algo se ha avanzado, todavía queda mucho camino que recorrer pero más largo es aún el camino para millones de mujeres rurales en el mundo a las que es de justicia recordar también hoy, en esta fecha tan señalada.
Sólo las mujeres rurales producen la mitad de los alimentos del mundo y el 70% de los alimentos en los países en desarrollo pero aunque son las mayores productoras de los alimentos son las que menos acceso tienen a los recursos de la tierra y sólo reciben el 10% de los créditos que se conceden a la agricultura en estos países. La crisis alimentaria ha vuelto a dejar patente la feminización de la pobreza en el mundo puesto que el 70% de las personas pobres son mujeres y niñas.
Hoy, en el Día Internacional de la Mujer Rural, desde AFAMMER queremos también cruzar fronteras y reivindicar que la igualdad real de oportunidades no sólo sea una realidad para los más de 5 millones de mujeres del medio rural español sino para los cientos de millones de mujeres rurales que se levantan día a día en cualquier rincón del mundo trabajando por conseguir un mañana mejor.