
Y ahora, calle y peregrinaje de compañeros a quienes les toque en mala suerte el dedo de la odiosa ruleta patronal. Quizá aproveche el promotor el remolino ERE para despedir a las ovejas negras entre los corderos tiernos. iPoco a poco va apareciendo como en el papel mágico el verdadero perfil de estos intrusos. Quisieron ser como Prisa, pero Prisa, pese a todo, es un grupo editorial. Del ladrillo a las teles hay menos de un hertzio de favor y de la tele a la calle lo que mide un sedal. Nadie se movió. No iban a por él y cuando fueron a por él y pidió socorro, ya era demasiado tarde. Levanto mi copa por los editores de profesión y vocación que hacen periódicos livianos como la verdad.