Los graves problemas que acechan a África, tercer continente del mundo en extensión, se traducen en un altísimo índice de pobreza que afecta ya a cerca de 400 millones de personas. No en vano, de los 177 países que estudia el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), los 24 con el índice de desarrollo humano más bajo son africanos.
La crisis financiera actual está minando los logros y avances obtenidos en África durante los últimos años. Además, los países desarrollados, en su afán por reducir costes, reducen la ayuda oficial al desarrollo en vez de cumplir la promesa hecha de duplicar la ayuda a África para 2010. Para muchos países africanos, dicha ayuda supone el 40% de su presupuesto anual y su disminución implica la reducción en servicios sociales imprescindibles para romper la espiral de la pobreza (hambre – mayor riesgo de enfermedad – menor capacidad de rendimiento – menores ingresos – menores gastos en nutrición, educación y salud – mayor situación de hambre).
También esperanza.
Todo ello no impide que Manos Unidas mire también a África con esperanza, una esperanza que se apoya en la juventud de la población del continente (en 2007 los menores de 18 años eran 384 millones). Y, eso se refleja en los casi 1.000 proyectos que se han apoyado en 50 campañas, que han tenido como beneficiarios directos a niños y jóvenes.
Para Manos Unidas África merece respeto, apoyo y consideración, 50 años de pequeños y grandes logros nos empujan a seguir dedicándonos sin desmayo al pueblo africano.