Conferencias, mesas redondas, mentiras y medias verdades no han faltado. Propuestas inviables y parcheos como el de una ridícula destilación de crisis que dificilmente admite la OCM, mientras se enmascara el cierre de cooperativas vinícolas con el maquillaje de fusiones y absorciones. Hay que redimensionar las cooperativas. Hacerlas mas grandes, como la bola de nieve que rueda por la pendiente.
Mientras los agricultores asisten, sin que nadie mueva un dedo, a la ruina de la viticultura de la región, silenciosamente se está produciendo el mayor ERE de España: el arranque de 60.000 hectáreas de viñedo que llevarán directamente a la basura a 1.000.000 (un millón) de jornales anuales.
La Feria Nacional del Vino (FENAVIN) ha sido un éxito para los políticos. Allí han estado los tres días chupando cámara y microfono. Y ahora se les llena la boca con las estadisticas: 80.000 visitantes, 118.000 contactos comerciales. Nada dicen del volumen de ventas generado. Nada dicen de cuantos de los 17 millones de hectólitros que tienen sin vender las bodegas y cooperativas de Castilla-La Mancha van a salir al mercado gracias a la feria. La opinión de muchos bodegueros es que la feria no crea negocio pero hay que estar. A nadie le interesa indisponerse con los que mandan.