Trinidad Jiménez

Tiempo habrá para comentar el papel de Trinidad Jiménez en Sanidad y Políticas Sociales. Ahora, sólo darle la bienvenida a un Ministerio fundamental en la cohesión social y el bienestar de un país que sufre una de las peores crisis económicas de los últimos cincuenta años. En situaciones difíciles es cuanto más se valora un modelo sanitario como el nuestro, y nos enseña a emprender reformas que consoliden de una forma definitiva el SNS; al igual que el de la Dependencia. Siendo el hermano menor es más necesario que nunca. La Sanidad y la Dependencia son pilares fundamentales del Estado del Bienestar.
La nueva ministra de Sanidad debe saber que la valoración de los ciudadanos respecto a la calidad del sistema sanitario español ha mejorado significativamente. En la última década la proporción de personas con una opinión muy negativa sobre el sistema de salud ha disminuido a la mitad. Paralelamente, ha aumentado el número de personas satisfechas con el funcionamiento del sistema. Por ello, se pone de relieve la mejora sustancial experimentada por el Sistema Nacional de Salud desde los años noventa, lo que la sitúa entre las instituciones con más peso en la sociedad actual.

Sin embargo, Trinidad Jiménez tiene un gran reto por delante. El SNS mantiene también graves problemas sin resolver. En unos casos, por mala gestión. En otros, por falta de recursos. Las listas de espera son el principal problema de la sanidad española. Este dato coincide con los diferentes Barómetros Sanitarios realizados por el Centro de Investigación Sociológicas, lo que muestra que es un problema endémico de difícil solución, según se desprende del estudio, y que afecta a todos los países europeos. Como lo es también el acceso a la tecnología médica de última generación o que no hay suficientes profesionales sanitarios en algunas zonas, dependiendo de éstos y otros parámetros la posibilidad de contar al máximo nivel con la mayor cobertura sanitaria. Ante estas inquietudes, es normal que los españoles piensen que el Gobierno Central y las autonomías deberían invertir más dinero en la asistencia sanitaria. Lo paradójico es que los usuarios quieren que se invierta más dinero en el sistema de asistencia sanitaria, pero no están dispuestos a financiar este aumento presupuestario pagando más impuestos directos o tasas específicas como el copago, a excepción de los impuestos sobre el tabaco o el alcohol. Se confía que en la próxima negociación de la financiación autonómica resuelva el problema endémico de los recursos económicos de la Sanidad.

La crisis económica debería servir, además, para reflexionar sobre el futuro del SNS y su sostenibilidad a largo plazo. Al igual que el de la Dependencia. No se trata de aumentar el gasto sino de gestionar mejor los recursos. Es verdad que en España todavía estamos lejos de otros países de la Unión Europea en cuanto a la inversión en sanidad. Esto no nos disculpa para hacerlo sostenible. La viabilidad pasa por introducir cambios importantes en la ineficiencia, y en cierto despilfarro que se producen en el sistema sanitario. La cultura de la gestión debe de primar en el Sistema Nacional de Salud. Ya sabemos que la situación será difícil a largo plazo pero habrá que empezar cuanto antes a poner los carriles sobre los que tendrá que circular el tren sanitario y el de la dependencia en las próximas décadas. Ése es el trabajo de Trinidad Jiménez.

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