Las cartas de Caja Castilla-La Mancha

Una carta para ustedEl director general de Caja Castilla-La Mancha, Ildefonso Ortega, y los tres administradores, han hecho llegar a los clientes de la entidad una carta en la que explican la situación de la caja. Aunque no se hace referencia a la gestión en inversiones inmobiliarias, a la participación en proyectos hasta ahora poco rentables y a la concentración del riesgo en créditos concedidos a un número reducido de clientes, caballo de batalla espoleado por El Mundo y otros medios, sí se reconoce que CCM se ha visto afectada, y condicionada su actividad, por el último año y medio de crisis financiera y severo cambio de ciclo económico.
“CCM ha estado en conversaciones con otras cajas de ahorro para que, mediante un proceso de integración, la entidad pudiera abordar con mayor solidez la exposición a los riesgos del cambio de ciclo”- recurrente argumento éste, el del cambio de ciclo – “Al no haber fructificado las conversaciones, el Banco de España ha decidido apoyar a CCM, nombrando tres administradores y aportando la liquidez necesaria para establecer su situación financiera. El objetivo de esta actuación es garantizar los fondos de todos los clientes e impositores”. Curioso el eufemismo (apoyar) para evitar el verbo ‘intervenir’, máxime cuando el que supuestamente apoya manda a casa los regidores de la entidad para, seguramente, ‘premiar’ su buena gestión.

Finalmente, en referencia a las fugas de depósitos producidas por la alarma generada como consecuencia de las informaciones publicadas en prensa y la intervención de la caja, la misiva ofrece un reconfortante ejercicio de positivismo: “La presencia del Banco de España en CCM clarifica la situación de la misma y permite a la Caja afianzar la relación que mantiene con su clientela, a la que desea agradecer las muestras de fidelidad recibidas”.

Tiempo atrás

La relación postal entre el director de CCM y los clientes y trabajadores de la caja no es nueva, ya el año pasado pudieron ser testigos y protagonistas de un nuevo derroche de generosidad comunicativa: “Como persona vinculada a la Caja, me vas a permitir que me dirija a ti para hacerte partícipe de mis reflexiones y te sirvan de argumento sobre algunos comentarios que han podido llegar a tus oídos y que merece la pena que des una respuesta”.

Por aquel entonces, aunque podía atisbarse el “cambio de ciclo”, el ‘desasosiego’ en algunos clientes se debía a la mala fe de la prensa y la competencia: “Desde finales del pasado verano han concurrido una serie de circunstancias en el sector financiero nacional e internacional que han provocado cierto ‘desasosiego’ entre algunos clientes de la entidad. Esta situación no sería especialmente negativa si no se hubiera visto acompañada por ciertos rumores e intoxicaciones sobre nuestra situación patrimonial, alentados por ciertos medios de comunicación y determinados sectores de la competencia, interesados en incrementar su cuota de mercado a cualquier precio”.

De un silencio que podría haber sido elegante y discreto: “ante esta situación, no hemos respondido para mantener la discreción que debemos como entidad financiera y no hacer publicidad de las patrañas difundidas, en época de fuerte dialéctica motivada por las fechas electorales, lo que no quiere decir que nos resignemos”, se llegó al actual silencio oscuro y perverso, quizá porque había razones para callar: “No sólo vamos a rebatir con “datos” las mentiras que nos están lanzando, sino que además, vamos a emprender las acciones legales oportunas contra los que de forma injustificada y malintencionada tratan de minar nuestra estabilidad y nuestro futuro. En este contexto, y con el objeto de dejar perfectamente clara nuestra situación, tanto a efectos internos como de cara a nuestra clientela, debemos aclarar que todos los rumores surgidos sobre nuestra “delicada” situación financiera son absolutamente falsos e infundados, que no se basan en ningún análisis técnico profesional”.

Tras una exposición bastante convincente de ratios y estadísticas financieras el escrito desemboca en una confiada predicción de futuro: “A la vista de los datos y de los argumentos expuestos, se puede comprobar que la caja está en un gran momento y que mantenemos, desde hace años, una trayectoria ascendente. Este año volverá a ser un buen ejercicio gracias al esfuerzo de toda la plantilla, a la confianza de nuestros clientes y al apoyo que por unanimidad y con entusiasmo, hemos tenido de los Órganos de Gobierno. En ningún caso queremos dibujar un escenario triunfalista. El entorno económico y de la competencia no va a permitir ni perdonar ningún exceso. Pero es ahí donde radica el éxito de nuestra gestión: en nuestra capacidad de conocer el medio en el que nos desenvolvemos, de anticipar los problemas, de gestionar con profesionalidad y prudencia, pero siempre con ambición”.

Unos meses después, el Banco de España intervenía Caja Castilla-La Mancha.

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