Desde hace algo mas de 11 años, Mª Paz y Paco, decidimos formar un hogar; decidimos crear una familia un tanto al ejemplo de las de nuestros padres, hogar donde deseábamos siempre ser conscientes de la presencia de la Gracia de Dios en nosotros.
En casa siempre ha estado virtualmente abierta la Biblia por la Parábola de los Talentos, por lo que desde siempre hemos intentado ponernos al servicio de los demás, de la comunidad en la que vivimos y, por supuesto, de nuestra Iglesia en Daimiel. Este servicio lo hemos intentado prestar desde diferentes aspectos de la Pastoral; procede decir, en este año Paulino, que alguna vez hemos intentado ser ojos, otras veces manos, algunas veces cabeza,… del Cuerpo de la Iglesia daimieleña, todo ello dependiendo de la edad con la que se ha estado intentando dar ese servicio, como factor mas importante para acudir a unas u otras tareas.
Ambos entendemos que esta disposición no es fruto de la casualidad; todo lo contrario. Nuestra misión viene escrita por lo que sembraron en nosotros nuestros padres, y los padres de nuestros padres,… y muchos amigos y, que desde luego, queremos que comprenda nuestro hijo.
Y si ha habido una forma, un lenguaje, con la que nos haya calado de especial manera el mensaje evangélico, es con aquel que la Iglesia habla en Cuaresma y en Semana Santa, idioma de práctica habitual en los hogares donde nacimos y crecimos, y que, intentamos, lo sea también en el nuestro. Para nada letras trasnochadas, obsoletas y arcaicas, sino que, bien entendido, nos obliga en cada una de nuestras tareas diarias, en el cole, en casa, en el trabajo… De nuevo nos congratulamos de haber recibido la Gracia, esta vez por nacer en Daimiel, porque desde la plasticidad de su celebración de Semana Santa hemos podido seguir creciendo y aprendiendo lo que nos enseñaron, y que en casa se concreta en una frase que desde que la escuchamos del puño y letra del Arzobispo de Valladolid, Monseñor Delicado Baeza: «LA SEMANA SANTA HACE MENCIÓN DEL MISTERIO PASCUAL, Y SE CELEBRA SACRAMENTALMENTE EN EL TEMPLO, SE VIVE EN EL CORAZÓN , Y SE MANIFIESTA EN LA CALLE Y CONFIGURA LA VIDA SOCIAL DE LOS CREYENTES EN SUS COMPROMISOS DE CONVIVENCIA EN LA JUSTICIA Y LA CARIDAD, DIMENSIONES TODAS DE LA MISMA REALIDAD SALVÍFICA.»
Esto es lo que da el significado a nuestras tareas cotidianas, este, entendemos, es el significado integral de la Semana Santa que nos obliga a que todos los días del año sean Semana Santa, a que cada instante sea Pascua.
Por eso, además de nuestras labores, intentamos ayudar a llevar ese mensaje desde el seno de nuestra Iglesia Local; así Kiko es monaguillo en Santa María la Mayor, ya va camino de cuatro años y además acude a formarse con los grupos de catequesis de 5º; Paz comparte su dedicación entre los Informativos de Iglesia en Marcha, con el Grupo de Liturgia de Santa María la Mayor y con su coro parroquial; Paco intenta acudir donde se le llama, sobre todo en aspectos relacionados con su profesión y el patrimonio de la Iglesia.
Ambos pertenecemos al Grupo de Formación de Matrimonios que lleva D. Manuel Crescencio Moreno. También tuvimos responsabilidades dentro de las cofradías y Hermandades de la Semana Santa: Paz primero como Vocal y después como Tesorero de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración y Nuestra Señora de los Dolores, y Paco fue Presidente de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y hace poco lo ha dejado de ser de la Junta de Hermandades de Semana Santa. Los tres pertenecemos a bastantes cofradías y hermandades y, desde su seno, las defendemos en su esencia como modelo para vivir día a día fieles al evangelio, para que cada día en nuestra misión sea Semana Santa y Pascua, para que cuando se nos pida el rendimiento de nuestro talento, al menos no lo hayamos enterrado.
Os saludamos cordialmente en Cristo Resucitado.
Paz, Kiko y Paco