La historia de la enfermería en los últimos cincuenta años subraya el carácter dinámico de una profesión que ha tenido que reforzarse con unas señas propias de identidad, potenciando además su papel de liderazgo y compromiso en el sistema sanitario y en la sociedad en general. Pocas profesiones –solo hay que recurrir a las hemerotecas– pueden mostrar un perfil tan innovador, asumiendo funciones y competencias con la confianza que da su formación universitaria. Ahora, con la puesta en marcha de los Acuerdos de Bolonia en las universidades españolas, se abre un marco amplio de posibilidades con el acceso al grado, al máster y al doctorado, posibilitando un nuevo territorio de competencias, accediendo a la investigación, a la docencia y a la gestión, profundizando en su labor en los centros hospitalarios y de atención primaria.
Eso lo sabe muy bien el Ministerio de Sanidad, donde el ministro Bernat Soria, consciente de los graves problemas que tiene en la actualidad el Sistema Nacional de Salud, quiere introducir cambios pactados con las Comunidades Autónomas para adaptar el sistema sanitario español a los cambios experimentados en los últimos años en la sociedad española debido, sobre todo, al envejecimiento de la población, al crecimiento de la población inmigrante, al desarrollo de las tecnologías y al crecimiento tanto de la red sanitaria como de la cartera de servicios en todo el territorio nacional. La escasez de profesionales sanitarios, especialmente enfermería, se ha puesto de manifiesto en todos los foros nacionales e internacionales. La OMS, desde siempre, viene llamando la atención no sólo por el escaso número de enfermeras por cama, sino también reclamando un mayor protagonismo de la profesión en todos los estamentos de la Sanidad, apostando por su rol y su liderazgo en el Sistema Sanitario.
Ahora, los responsables del Ministerio, conscientes del grave problema que acucia al Sistema Nacional de Salud, intentan redefinir con las Comunidades Autónomas el papel de las profesiones sanitarias, entre ellas el de la profesión enfermera, en los últimos meses destacada por los máximos responsables sanitarios de Cataluña o de Andalucía. En la actualidad se está comprobando que se necesita un mayor compromiso en el marco competencial de los profesionales de Enfermería en el sistema sanitario. Su formación académica, presente y futura, augura un gran futuro para nuestros profesionales, especialmente en el marco de nuevas funciones tanto en los centros hospitalarios como de Atención Primaria. El aval de la reforma de los estudios de enfermería abre las puertas a un nuevo modelo enfermero, redefiniendo –en palabras del secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos– los roles profesionales en el ámbito de la enfermería. “Pueden –dijo– desempeñar muchas funciones de capacidad preventiva o de promoción de la salud. Sólo hay que analizar la evolución de la enfermería en los últimos cincuenta años”.
La profesión enfermera se encuentra capacitada para desarrollar ampliamente sus conocimientos. Se encuentra encorsetada en el actual modelo profesional sanitario, desdeñando su profesionalidad y su capacidad de abarcar nuevas competencias, como ya vienen desempeñando otras enfermeras en países de la Unión Europea. Somos partidarios de una ampliación del marco competencial, abarcando nuevas parcelas profesionales en ámbitos más amplios de la prevención de la salud. La prescripción enfermera, las enfermeras como gestoras, las especialidades y la investigación son fundamentales en el desarrollo de la profesión. Hoy más que nunca.