Sobre Vicente Buendía y su recuerdo

Sobre Vicente Buendía y su recuerdoMe niego a aceptar que el recuerdo de Vicente Buendía sea solo vinculado a una construcción de la Fundación CEEI y que, si bien es cierto fue uno de los sueños de Vicente, no es menos cierto que nunca pensó en que su gestión fuera de distinta titularidad a la de la organización empresarial que durante tantos años presidió. Está bien el homenaje de hace unas semanas, pero no hace justicia a su memoria. Sólo con eso no es suficiente.
Es poco menos que atentar a su memoria reconocer sólo lo que muchos han plasmado como el único sueño de Vicente. No seríamos justos si no reconocemos a Vicente Buendía su empeño porque el AVE parase en Puertollano, sabiendo lo que suponía esta infraestructura para nuestra comarca. Recuerdo por aquellos entonces unas declaraciones del Alcalde de Puertollano, Casimiro Sánchez Calderón en las que veía la utilidad del AVE en la posibilidad para que una señora, tras dejar los niños en el colegio, fuese a hacer la compra a El Corte Inglés y regresase antes del almuerzo. Un gran contraste en las opiniones, para uno, Buendía, la oportunidad de progreso y para el otro la concesión a lo fríamente lúdico.

No menos empeño puso, aunque parezca que se nos ha olvidado, en la implantación de ELCOGAS en Puertollano. Quizás uno de los primeros impulsos a la máxima de “Ciudad de la Energías” que otros hoy se anotan. El papel de la Cámara de Comercio y muy especialmente el de Buendía fueron decisivos para la venida de esa estructura experimental.

Pocos conocerán y los que sí lo hicieron parece que han echado en el olvido los esfuerzo que Buendía desde la Cámara de Comercio, de esta aventura un servidor fue partícipe, hizo para que la petrolera MOBIL se ubicara en Puertollano. Esta “historia” supuso grandes debates, que siempre chocaban con intereses políticos y con la posición dominante de REPSOL. Es posible que hoy todos lo nieguen, pero fue una oportunidad para Puertollano que habría contribuido a consolidar el monocultivo productivo de la petroquímica y sin lugar a dudas, condicionado la posterior, reciente, pseudodiversificación (o mejor, para que no se moleste algún político, diversificación sui géneris) en la que nos encontramos inmersos y comprometidos.

Muchas otras iniciativas por las que luchó, contra viento y marea, algunas en contra de también algunos que el otro día le homenajearon. Recuerdo la ansiada autovía que se nos anunciaba campaña electoral, tras campaña electoral… Primero sobre un papel a bolígrafo –los veteranos de la prensa son testigos- y más tarde con unas presentaciones más cuidadas. Buendía siempre criticó las promesas inconclusas y también siempre insistió en la necesidad de materializar esa infraestructura.

Del Aeropuerto, poco que decir me queda sobre su implicación. Lo que sí recuerdo fue su emoción que le produjo el embarrizado día que se puso la primera piedra y recuerdo las palabras públicas de Pepe Bono y las que en privado, yo fui testigo, dedicó el entonces presidente del gobierno regional a Vicente Buendía. Públicamente llamó “quijotes” a los que desde la Cámara de Comercio engendraron a la “criatura”, pero en privado hizo mención a los atributos de Buendía, repasando acciones en las que ambos habían participado. Pepe Bono, aun vive, para reproducir aquellas manifestaciones.

Yo no puedo olvidar su trabajo, día a día, al frente de FEPU, pero lo que más he de reconocerle fue su esfuerzo por el reconocimiento de la plena y única representatividad de nuestra organización en el ámbito comarcal. No quedó ni un solo Alcalde de Puertollano al que no le exigiese el respeto por esa representatividad. A alguno incluso le “sentó las costuras”, haciendo gala de su fuerte personalidad e impetuoso carácter. Recuerdo aquella reunión, en la que esto sucedió, estando presentes Gracita Bonillo y el que suscribe, por la contundencia que gastó, ya que aquel, pretendió llegar a Ciudad Real sin pasar por Puertollano, en un acto susceptible de representación empresarial comarcal y que se celebró en la ciudad minera…

En lo personal tengo mucho que recordar y mucho que agradecerle, esto si prefiero guardarlo para mi intimidad. De su recuerdo, me quedo con un largo paseo por el campo, por su finca del Valle de Alcudia, primero en el JEEP Cherokee que tuvo y después a pie. Hablamos de política y trazamos unas líneas maestras del turismo rural en Castilla-La Mancha, que hicimos llegar a instancias del ejecutivo regional y que durante algún tiempo rigieron nuestro incipiente turismo de interior. Nadie nos lo reconoció.

He meditado mucho sobre estas líneas y debo reconocer que sin el empujón de mi amigo, casi hermano, Pedro Buendía, no me habría lanzado. Con ellas no pretendo un homenaje personal a Vicente Buendía, solo expresar mi oposición a que el recuerdo de éste sea sólo por darle nombre a un parque empresarial.

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