Qué poco se habla ya de Obama, ¿no? Al menos en España. Lo que empezó siendo el tema del año 2009 parece haberse ido desinflando, incluso cuando sus errores podrían ser objeto de regocijo y crítica por parte de la derecha europea. O al menos de la derecha europea menos la española, que la española bastante tiene ya con lo suyo.
Digo lo de que la derecha podría aprovechar los errores de Obama porque, dejando aparte el futuro cierre de Guantánamo (que no es poco, oigan), los primeros días de Obama no están siendo buenos. O al menos, no todo lo buenos que a él le habría gustado. Y es que no parece que el nuevo presidente norteamericano haya tenido mucho ojo al elegir a sus candidatos para ocupar ciertos puestos de responsabilidad el Gobierno: Bill Richardson, gobernador de Nuevo México y candidato al puesto de secretario de Comercio de Obama, tuvo que renunciar a este cargo
al tener cuentas pendientes con la Justicia por según qué actuaciones en su estado. Tom Daschle, que optaba a ser secretario de Salud, también tuvo que renunciar, ya que
tiene problemas con Hacienda. Por último, la tercera en discordia es Nancy Killefer, quien se iba a encargar de llevar las cuentas del Gobierno. Y no se le debe de dar mal, ya que
debe cerca de 900 inocentes dólares al fisco estadounidense. Esta lista tendría un cuarto candidato si no fuese porque el Senado finalmente aceptó la candidatura de Timothy Geithner a secretario del Tesoro a pesar de que también evitó unos pagos cuando trabajaba para el Fondo Monetario internacional.
La verdad es que, con tal panorama, la cosa no parecía pintarle nada bien a Obama. Sin embargo, hace unos días hablaba con un amigo y me decía que este tipo de cosas no son malas: «al contrario, son buenas, son señal de buena salud democrática».
Y es que cabe pensar: ¿Acaso las cosas que pasan en Estados Unidos no ocurren aquí? Aquí tenemos una corrupción kilométrica en Madrid, un presidente de Diputación con poderes sobrehumanos, una alcaldesa (y concejales) con pisos comprados de forma ilegal, un presidente regional que se sube el sueldo un 75% de un año para otro, multitud de empresarios imputados por delitos de presuntas estafas… ¿Seguimos contando? Seguro que todos conocemos casos concretos de nuestras zonas. En definitiva, las cosas que están pasando en Estados Unidos, ¿pasan en España? Sí que pasan, y de forma mucho más escandalosa?
¿Cuál es, entonces, la diferencia? Que en Estados Unidos (parte de) este tipo de gente no llega al poder y en España son reelegidos una y mil veces por mayoría absoluta.