Con este espíritu se ha puesto en marcha el Pacto por la Sanidad, en el que participa el Sindicato de Enfermería, SATSE, con la firme voluntad de contribuir al éxito final de un acuerdo prioritario, hoy más que nunca, sobre el futuro del sistema sanitario.
La Enfermería lleva a esa mesa de negociación –a petición del Ministerio de Sanidad– aspectos cruciales para la profesión, no sólo en el marco de las competencias enfermeras, sino también en cuanto a los recursos enfermeros y a la gestión del sistema sanitario. En la elaboración de este documento ha participado toda la estructura sindical, recogiendo el sentir mayoritario de la profesión de Enfermería, que se encuentra en una situación esperanzadora ante los grandes cambios que se están viviendo en el SNS y en la sociedad española, en su conjunto.
En éste diagnóstico profesional y sanitario, el Sindicato de Enfermería, SATSE, se muestra partidario de que cada profesión sanitaria titulada, y entre ellas la enfermería, goce de una auténtica libertad de ejercicio, autonomía y responsabilidad propia de la parcela competencial que establece la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS). Igualmente apuesta por la prescripción enfermera, al considerarse que el ejercicio pleno de la profesión de enfermería requiere el uso y la utilización de medicamentos y de productos sanitarios “por lo que resulta lógico –según trasciende en el documento emitido para el Pacto por la Sanidad– que éstos actúen con plena autonomía científica y técnica teniendo potestad para usar y prescribir los medicamentos y productos sanitarios que manejen dentro de su ámbito competencial”.
Las especialidades, se incluyen también en el paquete negociador del Pacto por la Sanidad como una garantía del desarrollo profesional y de la permanencia de la calidad asistencial en el futuro del sistema sanitario. Resulta, coherente, incidir en la prioridad y urgencia de los especialistas sanitarios en el ámbito de la profesión de enfermería –y más aún cuando el desarrollo de casi todas las especialidades están aún por producirse– lo que contribuirá a una planificación adecuada de los recursos humanos a través de la creación de las unidades docentes necesarias.
En el estado actual, la oferta anual de plazas de formación especializada es insuficiente, lo que pone, una vez más, en evidencia, la necesidad de ampliar estas plazas beneficiando a la vez a los profesionales, al sistema y a los pacientes.