Los dichosos informes de La Caixa

Manuel Valero

Los informes de La Caixa son muy antipáticos. En ninguno de ellos aparece Castilla-La Mancha como comunidad líder. Junto con Andalucía y Extremadura formamos el pelotón de cola. No voy a restar seriedad científica al trabajo de la entidad de ahorro catalana pero a veces me niego a aceptarlo.

Creo que entre el autobombo de nuestros gobernantes y el suspenso permanente de los dichosos informes de La Caixa, tiene que haber un término medio. “Nosotros crecemos pero los demás también”, me dijo en cierta ocasión un conocido político regional. Creo que le dije: “Entonces aunque crecemos, esto es progresamos, sacamos una buena nota en comparación con nosotros mismos, pero en cuanto hay que tirar de tabla de clasificación estamos en el mismo sitio, o sea, en la zona roja… del farolillo”. “Más o menos”. Y entonces deduje que los ranquings autonómicos elaborados por La Caixa nos iban a resultar demoledores. “Nosotros crecemos pero los demás también”. En políticas sociales, por ejemplo, Castilla-La Mancha tiene poco que envidiar a sus homólogas pero en cuanto se tira de renta, salarios, infraestructuras, servicios, nuevas tecnologías, etc. los porcentajes nos son tremendamente adversos aunque estamos mejor que hace veinte años. “Nosotros crecemos pero los demás también”.  

{mosgoogle}Sin embargo, el Informe sobre la Pobreza de La Caixa es inquietante: demasiados pobres en España y en Castilla-La Mancha para una sociedad que progresa. La relativización estadística de la pobreza y su gradación la hace más maleable y asumible. Hay pobres moderados, medios y severos. Con esa taxonomía, el músculo de la clase media amortigua mejor la existencia del estado de necesidad de ese casi 29 por ciento. Pero se me antoja que son demasiados pobres, salvo que tengamos una noción más escurridiza  y postmoderna del concepto de pobreza.

El Informe Caixa dice que en la España toda hay unos 9 millones de personas con unos ingresos inferiores a 6.800 euros/año y de ahí para abajo. ¿Pero no habíamos quedado en que ellos también crecían?

Estos paisanos y compatriotas viven como Walt Disney muerto: en una perpetua congelación salarial. Y ahora que arrecia el tema ni les cuento. Abres los diarios digitales, oyes la radio y ves la tele y, bueno, el Apocalipsis financiero y económico es una cuestión de días. Tienes que mirar a tu alrededor para blindarte con las buenas vibraciones del paisaje: bares, cines, hipers, tiendas… al trantrán como casi nada, velocidad de crucero. Pero una cosa es segura, acérquele usted el micro a uno de nuestros pobres moderados, medios o severos, a ver qué opina de la quiebra de Lehman Brothers.  En fin, señores, que cuesta creer que después de tantos años muchos de los nuestros lampen todavía para llegar a final de mes.  

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