La sanidad, bajo mínimos

Luis Javier García Morales

Si usted, como usuario, pide una cita para su médico de cabecera, lo más probable es que, a pesar de lo que cacarean los políticos de turno, tenga que esperar entre 8 y 12 días para acudir a la consulta, si exceptuamos la demanda urgente.

El motivo es tan sencillo como que no hay facultativos suficientes para ello (vacaciones, bajas laborales, inexistencia de bolsa de paro, etc). Y al Sescam y a los gerentes no se les ocurre nada, tienen que gestionar la Sanidad de una Comunidad “mansa”, que acata con resignación y mansedumbre, situaciones como esta, sin protestar. Y nos preguntamos ¿hasta cuando? O mejor aún ¿hasta cuantos días hay que aguantar para que te vea tu médico de cabecera?

{mosgoogle}Además, resulta curioso que acuerdos importantes alcanzados por los sindicatos, como ocurre con la libranza al día siguiente de la guardia (parece más que lógico que a nadie le gustaría ser reconocido por un médico que lleva más de 24 horas seguidas atendiendo pacientes y sin dormir), son de hecho obviados por los profesionales (por la imposibilidad de llevarlos a cabo) y olvidados por algunos gerentes cínicamente por el interés económico que les supone.
 
Lo más curioso resulta que aún dentro de nuestra comunidad, hay gerentes que le han echado un poco de imaginación y han iniciado programas de consultas por la tarde, incentivadas para los profesionales (evidentemente nadie va a hacer horas extraordinarias sin que se las paguen) y que parecen sacar del atolladero, el atasco de las listas de espera en Primaria. ¿Por qué no se generaliza este sistema en todo el territorio del Sescam? ¿Hay alguna otra solución para evitar la incongruente lista de espera en Atención Primaria?

A pesar de que cualquier usuario puede comprobar lo antedicho, llamando a su centro de salud, saldrán a escena los políticos de turno, rasgándose las vestiduras e intentando anestesiar a la población diciendo que lo que aquí denunciamos es mentira y que nuestra única pretensión es derrocar al que se sienta actualmente en la poltrona. Nada más lejos de la realidad. Lo que estamos dando son soluciones, quizá parciales, pero soluciones, porque la apatía y la falta de imaginación de los actuales dirigentes del Sescam son más que evidentes. Y encima les pagamos con nuestros impuestos.

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