Circula un correo por la red, ya antiguo, el cual reza que, si a los veinte no eres guap@, a los 30 no estas hipotecado y a los 40 no eres rico, jamás serás ni guap@, ni propietario, ni potentado.
También, en algún sitio leí, que si a los 20, no eres progresista estas muerto y si a los 40, sigues siéndolo, estas loco. El problema de siempre del rojo o el azul.
Mi abuelo decía que: para gustos hay colores y para quien se sienta “entre-ambas-aguas”, siempre habrá, algún verde que le cobije.
Creo que todos estamos de acuerdo, en que la edad, nos va marcando.
Algunos dicen que vamos cambiando por inercia, otros que nos vamos haciendo bohemios, hay quien asegura que nos acomodamos y los filósofos, psicólogos y demás “ogos”, aseguran categóricamente que simplemente…”evolucionamos”.
Incluso, hay quienes realmente se afanan en sacar mas punta al lápiz y matizan, que en materia de evolución, esta, se puede hacer hacia delante o hacia atrás, , sin que esto suponga retroceder al paleolítico, sino llegar a la conclusión, de que, la idea primitiva, que se tenia sobre un asunto determinado, era realmente la valida, quedando por tanto anuladas, las que considerábamos etapas por las que obligatoriamente habíamos de pasar.
¿Siguen ustedes ahí ?
Esta entradilla, es para sumergirme en las profundidades de la evolución mental, que sufrimos los humanos, con el paso de los años. Verán:
En esta semana, he sentido curiosidad por dos asuntos, cercanos a mi circulo de amistades, que me han hecho pensar:
Uno de ellos, es un caso que afecta a los médicos (doctores en medicina) y otro a los profesores ( en general).
Les confieso que a los 20 años, el compañerismo me parecía algo glorioso, sólido, obligatorio y digno de admirar. El problema es que la palabra compañerismo, a los 30, me dejaba en la boca sabor de complicidad, de oscurantismo, de corporativismo absurdo, que solo perseguía tapar errores de “no aptos” para defender al “gremio”.
Pero, a los treinta y quince, no me resisto a decirles, que aquella bendita palabra, me lleva directamente a pensar en delincuencia.
Delincuentes, aquellos quienes tapan errores e incapacidades de un mal doctor/a y/o de un mal profesor/a, (sistemáticamente, las mas de las veces), porque lejos de defender o acoger a incompetentes, se ensucian ellos mismos, como cómplices y protectores, de quien daña a sus pacientes y/o alumnos.
Aun quedan personas (sobre todo de la tercera edad) que están convencidas que TODOS los médicos, son unos grandes profesionales que ponen su empeño y sabiduría en la sanación del paciente y que es imposible que algunos docentes condenen al suspenso, a algunos asistentes a sus clases, por los mas variados motivos.
Claro que un importante tanto por ciento son competentes, pero es que es imposible que la TOTALIDAD lo sea. Hay paja, como en todas las profesiones.
Por este motivo les sugiero que busquen siempre una segunda opinión medica y/o que cuando sus hijos les narren algún problema en el colegio, no piensen de forma inmediata que los alumnos nunca llevan razón, porque en alguna ocasión , puede haber algo, a lo que prestar atención.
Escúchenles y asegúrense, de que aquello de “es que el profe me tiene manía” realmente es infundado y una frase muy socorrida.
Insisto en mi mensaje: NINGUN GREMIO EXISTENTE, CUENTA CON LA TOTALIDAD DE SUS PROFESIONALES, APTOS O MUY APTOS. Hay claras excepciones, que conviene resaltar con “minúsculas”.