La Enfermería es una profesión que ha experimentado profundas transformaciones, que ha conseguido la independencia que requiere el ejercicio de su actividad y que se ha configurado como miembro imprescindible del equipo sanitario y principal actor de la Educación para la Salud de la sociedad, clave en un país con altas tasas de envejecimiento.
Sin embargo, durante estos años, las políticas de recursos humanos de las diferentes administraciones sanitarias no han ofrecido soluciones a los problemas a los que día a día se enfrentan los profesionales de enfermería; y mientras tanto, se han ampliado las carteras de servicios y han seguido aumentando las demandas de salud, así lo pone de manifiesto la última Encuesta Nacional de Salud publicada en el mes de marzo. Todo ello no ha hecho más que agravar una situación que hace muy difícil la vida laboral en los centros sanitarios.
Ante esta situación, Enfermería, en su Día Internacional, reclama una solución a unos problemas que afectan a todos los actores del sistema: usuarios, profesionales y gestores. Para SATSE, una buena parte de las condiciones de trabajo y de las circunstancias que rodean el desempeño profesional de la Enfermería puede ser mejoradas notablemente, a través de la negociación. Es urgente que Enfermería se convierta en objetivo prioritario de las políticas sanitarias y de la gestión de los recursos humanos en el conjunto del Sistema Nacional de Salud.
{mosgoogle}Se inicia en estos momentos una nueva Legislatura y esto debe ser un acicate para que desde todos los ámbitos, políticos, económicos y sociales, contribuyamos a superar la difícil etapa que tenemos por delante y que arrastra a los profesionales a una dinámica que les impide asumir las nuevas competencias que beneficiarían en mucho a los usuarios y adoptar los nuevos retos que plantean la evolución de las enfermedades.
Es innegable que nos enfrentamos a una coyuntura preocupante en el sistema sanitario, por un deterioro significativo de las condiciones de trabajo de los profesionales. Una situación a la que es necesario hacer frente cuanto antes, ya que puede afectar negativamente a los niveles de calidad y eficiencia que hemos conseguido en el sistema sanitario en los últimos años.
Con estos mimbres, tenemos que articular un nuevo modelo de recursos humanos de Enfermería que para nuestra organización ha de contemplar seis ejes principales: jubilación anticipada y parcial; mejora de las condiciones de trabajo; incremento de plantillas de enfermería; reforma universitaria y nueva clasificación profesional; desarrollo efectivo de las especialidades e implantación del Sistema de Reconocimiento del Desarrollo Profesional.
A estas alturas es absolutamente imprescindible para los profesionales disponer de un marco de estabilidad profesional que permita disipar las incertidumbres que se ciernen en el trabajo diario, y para esto es necesario adoptar las medidas necesarias orientadas a recuperar la confianza de los profesionales. Es necesario apostar por el colectivo sanitario mayoritario de la Sanidad, darle el papel que le corresponde en el sistema sanitario, ya que en esos profesionales está la clave para mejorar la Sanidad, ellos son la mejor receta para crecer, romper con la deshumanización y hacer un sistema más próximo al paciente. Por todo esto, los profesionales de Enfermería tienen que empezar a ser una prioridad para las administraciones sanitarias. En el momento en el que las distintas administraciones comiencen a preocuparse por los profesionales, será cuando realmente se estén preocupando por prestar una asistencia de calidad a la población.