Pabormi
Cuando los que nacimos en los sesenta, dejamos la teta materna e ingresamos en nuestro primer colegio, la filosofía popular que te enseñaban en los recreos (los mayores sobre todo) era algo parecido a: si traes bocadillo de casa, me das la mitad…¡o te la cargas!.
Cuando dicha “filosofía” te espabilaba con el paso de los días, untabas nocilla y espolvoreabas abundante pimienta, para que el matón de turno, te respetara para los restos.
Tiempo después, cuando ya soñábamos con utilizar la maquinilla de afeitar de nuestro padre, un recién llegado, (al que dejamos ingresar en la pandilla, para que nos contara algo del mundo exterior), nos desvelo un secreto: “cuando vayas a vivir a un nuevo pueblo, no debes inmiscuirte ni responder a la primera provocación del chikilicuatre de turno. No, no. Es mejor esperar, localizar y arreglárselas, para que el mas fuerte, el verdaderamente reconocido como el líder, te provoque. A dicha provocación , si hay que responder y… vencer.
{mosgoogle}Una vez que has humillado al mas temido, el resto te aceptará como alguien digno de amistad (por si las moscas). Todas las puertas se te abrirán y solo verás sonrisas a tu paso, sean o no sinceras, pero eso es lo de menos, porque nadie te molestará”.
Este fue el consejo que nos dio el Chani. Que jodio y que sabio.
Ya pasados unos años y vestidos de caquis tejidos, ingresabas en la lucha… en la que habías estado siempre, solo que con otras caras. Cuando un veterano te “regalaba” su guardia nocturna (imaginaria) por aquello de que la veteranía ha de dormir, para estar fresca al día siguiente, aceptabas una o dos amablemente y a la tercera, el azafrán “aparecía” milagrosamente en su linda cabecita en el amanecer, quedando humillado ante los veteranos restantes, a la hora de la ducha, cuando su cuerpo se “anaranjaba” entero, como si la “ictericia” le hubiera poseído, o le rellenabas el bote de gel, sobre su taquilla con líquidos mas corrosivos, o hacías desaparecer su colchón, añadiéndoselo al del suboficial de guardia, en fin… ¡desde siempre nos hemos buscado la vida y nos hemos hecho respetar!. Fuera cual fuera la edad y lugar, donde nos encontrábamos. Se trataba de sobrevivir.
Y ya, si a los veinte decidíamos cambiar el lugar de residencia, eso suponía empezar de cero, con lo cual , relatado está.
Esta larga introducción, es para decirles, que me parece bien que el Gobierno de mi país (sea del color que sea) intervenga, cuando nuestros pescadores son raptados por los nuevos piratas, allende los mares y en un lugar del que no “consigo” acordarme, pero que me pregunto, si no podían haber soltado algún que otro “pepinazo” (eso si, gratis total) al barquito de los Jack Sparrow de turno, para de esta forma advertirles, que a la próxima, se cuidaran “muy mucho” de mirar bien la banderita que ondea al viento en el palo mayor.
De momento, esos sanguinarios de pañuelo en testa, patas de palo y parche en el ojo, se recatan bastante a la hora de secuestrar japoneses, coreanos y desde hace poco “Sarkozy-anos” quizás porque estos, si untaron pimienta en los bocadillos robados, en los que había un mensaje de gallego acento (el mas internacional) que decía: NUNCA MAIS … U OS LA CARGAIS.
“Usease” igualico, igualico que el difunto de mi abuelico, se ganaba el respetico.