El día 8 de marzo, como viene siendo habitual desde hace más de tres décadas, se conmemora el Día Internacional de la Mujer. Manos Unidas quiere sumar su voz, por medio de la campaña “Madres sanas, derecho y esperanza”, a la de millones de personas que en todo el mundo denuncian la situación de desamparo y marginación que afecta a las mujeres.
{mosgoogle}Por que para nosotros, defender a la mujer es defender la vida.
“Ninguna mujer debería morir dando a luz”, señaló recientemente la directora ejecutiva del Fondo de Naciones Unidas para la Mujer. A pesar de ello:
• Cada día mueren 1.600 mujeres y 10.000 recién nacidos, por problemas derivados del embarazo y el parto. Esta cifra no ha sufrido modificaciones sustanciales en más de dos décadas.
“La violencia contra la mujer es el delito más común pero menos castigado del mundo”, aseguró Ban Ki-Moon, Secretario General de Naciones Unidas, el pasado 26 de febrero. La violencia doméstica todavía no es delito en 102 países.
• Una de cada tres mujeres, en algún momento de su vida, será víctima de violencia física o de abusos.
• Entre las mujeres de 15 a 44 años, la violencia es una de las principales causas de muerte y discapacidad.
• Cerca del 80 por ciento de los 50 millones de personas afectadas por guerras, conflictos, desastres naturales y desplazamientos, son mujeres.
• En los próximos 10 años, aproximadamente 100 millones de niñas contraerán matrimonio antes de llegar a los 18 años.
• Casi 14 millones de adolescentes dan a luz cada año, principal causa de muerte entre estas mujeres.
Estas cifras son tan sólo una muestra de las condiciones en las que se desarrolla la vida de millones de mujeres en el mundo. Condiciones a las que desde Manos Unidas tratamos de dar la vuelta, con el apoyo a proyectos de desarrollo que tienen como principales destinatarias a las mujeres.
Proyectos como el que describimos, de Desarrollo de la mujer y salud familiar en la zona de Tisri, en el Norte de India, que está logrando algo difícil en sociedades como la que nos ocupa (tribales, que viven apartados de otros grupos sociales, mayoritariamente analfabetos, pendientes de supersticiones que condicionan sus vidas): unir a la población por un mismo fin: “mejorar la salud familiar”. Para esto se va trabajando en reducir la alta tasa de abortos, en terminar con el matrimonio infantil y los embarazos adolescentes, y en disminuir la tasa de mortalidad de las parturientas y los menores de 5 años.
El programa consta de clases de educación sexual para chicas adolescentes; la formación de las embarazadas en cuidados prenatales y para el parto y la formación de las madres en los cuidados necesarios para sus bebés, destacando la importancia de la lactancia. Además, se imparten cursos de formación de comadronas y clases de obtención y procesamiento de alimentos saludables a bajo coste. Con estas clases y charlas, las mujeres se sienten un poco más libres, y comienzan a compartir ideas y experiencias.
Con este proyecto, las mujeres van tomando conciencia de la importancia de la prevención y de los cuidados antes y después del embarazo, de ser atendidas por personal debidamente capacitado, de aprender a leer y escribir,… Y empiezan a sentirse dignas y orgullosas de ser mujeres.