El diccionario de la Real Academia de la Lengua española define el malabarismo como “el manejo habilidoso de diferentes elementos de manera simultánea”. Una definición que encaja como anillo al dedo para ilustrar las vicisitudes a las que tienen que hacer frente cada día las más de 90.000 viudas de nuestra región.
Son miles de mujeres que a pesar del dolor que las sobrecoge por la pérdida de su ser querido, tienen la envidiable fortaleza de hacer frente a su cruda realidad.
{mosgoogle}Sus mentes se alimentan de los buenos momentos compartidos con la pareja y sus cuerpos resisten, protegidos por una férrea coraza, que no deja traspasar el dolor interno. Sus hijos, su familia, su casa o el negocio familiar no pueden tambalearse por la nueva situación. Y sin saber cómo, ni cuándo, ni por qué, ya han asumido de lleno la gran responsabilidad de sacar todo adelante, sin perder la serenidad y la calma.
Algunas de ellas son mujeres jóvenes, madres de varios hijos y con personas mayores a su cargo. Otras son amas de casa que se han visto obligadas a ponerse al frente de una empresa familiar. Las hay jubiladas y afrontando la soledad más cruel.
Una gran diversidad de vidas rotas, pero que comparten un común denominador: la miseria de una pensión, con la que llegan a fin de mes haciendo ejercicios de malabarismo.
Han trascurrido ya muchos años, desde que decidieron asociarse y federarse para tener más fuerza y conseguir que las administraciones se preocupen y ocupen de su situación. Pero a pesar de que han ido consiguiendo pequeñas subidas en sus pensiones, a día de hoy este tipo de prestaciones no llegan, en su mayoría, a los 600 euros mensuales (poco más de 100.000 de las antiguas pesetas), y razonablemente piden que se incremente hasta el 70 por ciento de la base reguladora o que se les equiparen al salario mínimo interprofesional.
En un día como hoy, 2 de febrero, Día de las Viudas, desde AMFAR queremos rendiros un merecido homenaje por vuestro esfuerzo y vuestro trabajo. Y animaros en vuestra lucha para que pronto consigáis lo que os corresponde por derecho.