Hace escasos días, el presidente del PP, Mariano Rajoy, anunció en Toledo que si el próximo 9 de marzo los españoles optan porque él sea el presidente del gobierno creará un Ministerio de Bienestar Social y Familia.
{mosgoogle}Rajoy prometió también crear una Ley Integral de apoyo a la familia, garantizando un mínimo común de protección a la familia en todo el territorio nacional imprescindible, por cierto, para evitar las múltiples desigualdades territoriales producidas en la actualidad por la diferente protección que unas comunidades dan a la familia frente a otras. Así mientras en Navarra se concede una ayuda porque un hijo esté estudiando en la universidad fuera de la Comunidad foral, en Extremadura apenas se conceden ayudas por hijo. Pobres extremeños.
No han faltado ya las voces que critican la propuesta diciendo que Zapatero creó un ministerio de la vivienda y no ha servido para nada, como si ambos líderes fueran igual de creíbles. En la actualidad, España es el país que menos gasto social destina a la familia, un 0,5% del PIB frente al 2,2% de la media europea, cuatro veces menos que el conjunto de los países de la Unión. En estos cuatro años de desgobierno de Zapatero se ha legislado para los intereses partidistas de unos pocos. El Gobierno no ha cumplido sus compromisos electorales de crear una Secretaría de Estado para el bienestar y protección de la familia; poner en marcha el Observatorio de la Familia o aprobar la Ley de apoyo a las familias con necesidades especiales como las numerosas, las monoparentales o aquellas con cargas de dependencia.
El Gobierno socialista no ha incrementado la ayuda de 100 euros a las madres que trabajan fuera del hogar, aquello que tanto le irritó cuando el gobierno de Aznar lo implantó. Ha rechazado la exención de tasas universitarias para familias numerosas y no ha construido las 300.000 plazas de guardería prometidas en su programa electoral. Ya se ve así su credibilidad. La política de familia con Zapatero, al igual que la política económica, simplemente, no ha existido.
Lo quiera reconocer el gobierno o no, la familia importa, importa y mucho. Cuando una persona tiene estabilidad familiar, cuando se encuentra protegida por su familia, cuando, en definitiva, encuentra refugio entre los suyos, afronta el día a día de manera distinta que cuando está solo en la vida porque la familia es el lugar donde a uno se le quiere y se le valora por lo que es y no por lo que tiene.
La protección a la familia es mucho más que la mera concesión de ayudas que, por cierto, también anunció Rajoy mediante la aprobación de un Plan específico para llegar al nivel de ayudas a la familia que tienen en otros países de nuestro entorno, pues mientras España destina 24 euros por hijo a cargo como media, Alemania dedica 154 euros, Italia 72 y Reino Unido 101
La protección a la familia pasa por dotarla de estabilidad, por protegerla en tiempos duros y de crisis para los miembros de la familia, pasa por proteger la vida desde su comienzo hasta su fin, y un largísimo etcétera que, sin lugar a dudas, hace necesario la creación de un ministerio que vele por el bienestar de las personas, y en concreto por su protección en el seno de la familia.